Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

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Re: Recadero de Cobardes

Mensaje por Saratai »

21 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Averheim.

Tras una larga charla, Friede decidió hacerle caso a su hermano (no sin rechistar y refunfuñar, y obviando lo de las dos calles más allá)

Friedi van Spenholf

-Está bien pesado, no me meteré en tus cosas. Pero me quedare por los barriles de aqui, porque eres tan descuidado que no se te ha ocurrido pensar que ocurriria si pasan por aqui los guardias que te están buscando. Si veo que vienen por aqui te gritare y saldre corriendo, ¿lo captas?


Una vez arreglado el tema del negocio con su hermano, Karl entró a la casa de Molbin después de que uno de sus ayudantes reconociera a Karl y abriera la puerta. El galeno estaba roncando cuando Karl se metió dentró de la habitación, pues al parecer todos los heridos que habian estado en tratamiento habian abandonado el lugar, para confort del galeno que no habia estado muy deacuerdo en mantener a más de veinte traidores al gobierno en su casa.

El ayudante despertó a Molbin, y cuando éste hubo terminado de estirarse y bostezar atendió a Karl:

Molbin Asder

-Ahm, eres tú... El jefe se ha ido hace apenas unos minutos, tenia una reunión con un tal Hindenburg o algo asi. Me ha dicho que yo tomara el recado, y que vendria esta noche aqui para ir luego a la Ytinga Inn-
concluyó al ver que Karl habia conseguido un libro. Al verlo, Molbin sonrió:

-El Consejero va a estar muy contento con que hayas conseguido esto de casa de Oliver Saford. No se si lo sabes, pero te has metido en las oficinas del Mediador del Consejo Provincial, y de nuestro mayor rival. ¡Buen trabajo!

El galeno de corazón revolucionario dió una palmada en la espalda a Karl, y se preparó algo para comer.

-El golpe se va a llevar a cabo dentro de muy poco. Para la semana que viene, nosotros controlaremos esta ciudad, Karl. Ha sido un azar del destino que hayas salido de prisión justo en este momento, ¿no crees?
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Re: Recadero de Cobardes

Mensaje por Nimref »

Karl van Spenholf

Como por arte de magia, cuando Karl entró, el local estaba prácticamente vacío. Ni heridos, ni consejeros, ni veteranos vociferantes... solo Asder, y su ayudante.

¿Pero que coño...? -comenzó a susurrar Karl, que esperaba encontrar al consejero, al tiempo que dejaba el libro en una parte limpia de la mesa más cercana.

Como si pudiera leer sus pensamientos, Asder respondió a su pregunta antes de que pudiera terminarla, aclarándole todo aquello, o casi todo. El caso es que solo estaban ellos tres y el jefe volvería en un rato.

Vaya... supongo que eso me da un rato libre... -sopesó Karl, rascándose la barba, al tiempo que miraba al techo; de pronto, miró a Molbin, antes de girarse hacia la puerta- Herr Molbin, volveré en un rato, no tardaré demasiado, o eso espero... dígale al consejero que esto es de mi parte -dijo al galeno, guiñando un ojo y señalando al libro.

Definitivamente este matasanos tiene razón, el jefe estará contento, pero no si me retraso...

Rápidamente, fue hacia la puerta y la abrió. Antes de cerrarla, agachó la cabeza como señal de despedida hacia el ayudante y Molbin, mientras decía Herr ayudante... Molbin... hasta pronto. Instantes más tarde, iba camino de los barriles, para reunirse con su hermano.

Cuando llegó hasta éste, chasqueó los dedos, como queriendo explicar que ese era el motivo de que el libro ya no estuviera en su poder.

Muy bien... llévame a hacer ese trabajito tuyo... -comentó, con una media sonrisa, al tiempo que se hacía sonar los nudillos.
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Re: Recadero de Cobardes

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21 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Averheim.

Al salir, Karl no tuvo que buscar demasiado para encontar a su hermano, pateando una rata medio muerta, entre los barriles.

Friedi van Spenholf

-A ver si me hago una idea... Trabajas para Molbin Asder, el trabajo consistió en robar un libro, y este fue en la Casa de la Rosa, donde se han visto a varios miembros del Gobierno. Bien bien, creo que pronto me hare una idea de porque te han soltado del trullo, y cual es tu cometido en todo este tinglado.


Friedi sonrió a su hermano, y cambió el tema al notar que Karl estaba más preparado para pagar la deuda que de hablar de su cometido.

-Bien, el trabajo es sencillo.No te daré detalles innecesarios hasta que tu me digas todo acerca de tu empleo. Basta saber que tenemos que ir a la Carniceria Joffel y facilitar un pago que se nos debe. El carnicero le debe dinero a ciertas personas que estan cabreadas conmigo, y ahorrarle unas transacciones me hará quedar bien. Pero antes, tenemos que cambiar tu vestuario.


Dicho y hecho, Friedi le lanzó a Karl un pequeño saco, como el atillo de un mendigo. Dentro habia un sombrero arrugado y una barba postiza.

-Eso te ayudará a pasar desapercibido, o al menos a mi me ha ayudado más de una vez. Porque a estas alturas media ciudad debe estar buscandote. ¡Sigmar, no se que va a ser de mi hermano cuando yo no esté para cuidarlo, tanto nabo carcelario ha debido quitarle el sentido común por completo!-concluyó entre risas el mejor ladrón de la familia Spenholf, no sin disculparse después.

Los hermanisimos no tardaron en llegar a la carniceria, en el Distrito Sur. Era un lugar poco transitado pero famoso, y el carnicero era ademas de un ludopata, un hombre familiar y querido en la zona. Friedi apostó, como de costumbre, por la discrección, y le comentó el plan a su hermano.

-Escucha Karl, para esto necesito que nos coordinemos bien, pues no puedo hacerlo yo solo. Nos meteremos separados como si fueramos a comprar algo, pero intentado dar la impresión de que no vamos juntos y que no nos conocemos, y cuando no haya ningún cliente, cerrare el local. Como el carnicero se cogerá un buen cabreo, (y si no lo hace, ya lo provocaré yo) vendrá a pegarme un puñetazo directo en la cara. En un principio, tu harás de buen cliente de barrio, e iras a ayudarle, pero cuando puedas le das una buena tarta por detrás, ya me entiendes- A punto estuvo Friedi de hacer un chiste acerca de reos y experiencia en retaguardias ajenas, pero se contuvo para no cabrear a su hermano en un momento tan importante. -Nada puede salir mal.

Entraron en la carniceria, y Friedi esperó a que no hubiera nadie presente para cerrar la puerta y correr las cortinas como señal de que el establecimiento estaba cerrado. Joffel, el carnicero, no tardó ni un segundo en agarrar un enorme cuchillo de matarife y gritarle a Friedi que qué demonios creian que estaban haciendo, y que más le valia volver a poner la cortina en su sitio si no queria convertirse en sobrasada de segunda.

El juego habia comenzado.

FDI: No tienes percepción como habilidad, y una tirada de 79 no te ayuda mucho. Como detalle evidente, diré que hay una puerta detrás del mostrador donde se encuentra Joffel, el carnicero, sirviendo los filetes.
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

Mensaje por Nimref »

Karl van Spenholf

El reo no pudo sino hacerse el sorprendido ante la actuación de su hermano, y, ante la reacción del carnicero, alzó la voz, diciendo.

Si no abre las cortinas, tendremos que obligarle por la fuerza, mi señor quiere ese cerdo cuanto antes -comentó Karl, intentando disimular lo mejor posible

Puso las manos sobre el mostrador y apeló directamente al carnicero

¡Haga algo, es su local! Y si no llevo la carne a tiempo, me rodará la cabeza -insistió Karl, al tiempo que hacía un gesto con su mano sobre su propio cuello- Insisto, arregle esta situación o le diré a mi señor que todo fue por su culpa, ¡y créame, eso no le va a hacer ninguna gracia!

Espero unos instantes, mirando indignado a su hermano, insultándole de vez en cuando. Cuando el carnicero saliera para echar a Friedrich, Karl iría con él intentando ayudar, pero tan pronto como lo viera desprevenido le pegaría y sacaría la espada, para que no intentara nada raro. Si no salía, entraría a la sala en la que estaba el carnicero, espada en mano, y apelaría a su sentido del deber para que abriera de inmediato la puerta que, según juraría llegados a estos términos, cree que está cerrada, a menos que quiera pagar con sangre una pérdida de tiempo de este calibre.

FDI: de nuevo, si hay algún fallo, avisa y edito
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

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21 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Averheim.

Ya estaba el carnicero a punto de propinarle un puñetazo a Friedi, confiado de que Karl era un buen cliente, cuando el ex-convicto le soltó un codazo al tendero en su lugar. Éste, confundido, observó como los hermanos Spenholf desenfundaban sus espadas, le insistian que no intentara nada raro y que abriera la puerta. Sin ganas de complicarse la vida, el carnicero abrió la puerta cerrada con llave, dejando ver lo que habia dentro: Trozos apilados de cerdo, vaca y cordero, todos conservados en sal amen de una caja fuerte.

Friedi no tardó en exigirle al dueño del local que abriera la caja sino queria problemas, y este, para sorpresa de los hermanos, lo hizo sin rechistar. Tras abrirla, los Spenholf pudieron comprobar felices que dentro se hallaban decenas de coronas de oro, exactamente sesenta. Tras repartirse la carga (cuarenta para Friedi, veinte para Karl, argumentando el primero que la idea habia sido suya y que el era el jefe), ambos salieron corriendo del lugar. Ya estaban saliendo del local, cuando desde detrás se oyó una explosión. Karl habia salido primero, pero su hermano se habia quedado recogiendo veinte coronas extras, por lo que aun estaba en el quicio de la puerta cuando la explosión, proveniente de un trabuco cargado en manos del tendero, le pilló de pleno toda la espalda. Era bien raro que aquel tipo dejara que le robaran tan tranquilamente sin siquiera tener un plan preparado, y Karl comprendió en aquel momento el porqué de su tranquilidad. El carnicero habia sufrido varios atracos, y sabia que la mejor manera de acabar con ladrones era no enfrentarse a ellos, y esperar a que estuvieran huyendo para agarrar el trabuco que guardaba en una estanteria del almacén y dispararles por la espalda hasta matarles.

El carnicero habia descargado una lluvia de plomo sobre Friedi, y ahora este estaba gravemente herido, intentando huir con el botin del lugar. Karl tenia que decidir si ayudar a su hermano y arriesgarse a que el siguiente disparo del trabuco no le pillara bajo la cobertura de una pared, o seguir corriendo y dejar que le dieran matarile a su hermano. Dificil decisión para el miembro de una familia tan... unida.


FDI: El carnicero dispone de muuuchos cuchillos de cortar huesos en su área de trabajo, no sólo el trabuco, que ahora está descargado. Tu hermano está grave, pero aun puede andar. Tu te has salvado por sacar un 05 en Agilidad, si no habrias quedado hecho pulpa por la metralla de clavos y balas enrobinados.

Por cierto, te percatas de que no hay mucha gente por la calle. Es extraño, es como si la gente se hubiera marchado en dirección a la Plenzerplazt corriendo, pues las pocas siluetas que se ven por el barrio van hacia alli a toda prisa, sin siquiera tomar en cuenta el disparo que se acaba de oir en la carniceria.
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

Mensaje por Nimref »

Karl van Spenholf

Todo ocurrió muy deprisa. De pronto, el carnicero estaba en el suelo accediendo demasiado dócilmente a todo lo que los hermanos le decían. Después, el preciado oro fue requisado por los dos hermanos. Rápidamente se echaron a la calle, y entonces... Karl se agachó rápidamente y pudo ver a su hermano intentando andar. El reo debía actuar con rapidez.

¡Friedi! -gritó Karl, al tiempo que se volvía rápidamente para coger a su hermano y correr en dirección a la esquina más cercana para buscar cobertura.

Cuando llegaran a la esquina, Karl seguiría corriendo cargando con el peso de su hermano, de modo que éste pudiera correr mínimamente.

Friedrich... si llegamos al local de Molbin... te curarán todo esto... -dijo Karl medio en susurros mientras veía a las pocas personas que quedaban yendo en la misma dirección- Pero tenemos que darnos prisa... ya llego tarde, creo...

Karl siguió yendo hacia el local poniendo tantas esquinas de por medio entre ellos y el carnicero como pudiera, puesto que el trabuco podía acabar con los dos hermanos en cualquier momento, y eso era algo que Karl iba a intentar evitar a toda costa.
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

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21 de Destilario (Brauzeit) de 2527. Averheim.

Karl habia conseguido zafarse del enfurecido Joffel. Joffel era el dueño de aquella carniceria, pero lo que los hermanos Spenholf no sabian era lo sádico y frio que podia llegar a ser aquel psicopata tendero. Por ello, Friedi, aun herido, no comprendio por que Karl corria en dirección a él en lugar de huir y salvarse.

Friedi van Spenholf

Sigmar, la cárcel ha debido dejarle traumatizado. Desaprovechar una oportunidad asi...

-¡Ayudame hermano, date prisa!

Friedi pidió auxilio a su hermano. El desgraciado ladrón habia urdido un plan al comprobar el inocente comportamiento de su familiar. En la vida de Friedi no existian amigos, valores o agradecimiento. Únicamente primaba la ley del más fuerte. En este caso, la del más astuto.

Karl llegó a donde su hermano se retorcia de dolor, y un frio sudor recorrió su espalda cuando el carnicero, que debia estar dentro del local, no aparecia. No fue hasta que Karl tomó a su hermano para ayudarle a huir, que el carnicero apareció de nuevo desde el almacén, cargado con un cuchillo de despiece, más largo que su propio antebrazo. Karl tuvo el tiempo suficiente como para darse la vuelta y ver como el enorme y pesado filo se descargaba contra su pecho. Oyó crujir los huesos de su esternón, y una sensación de miedo se apoderó de su cuerpo firme como un lobo sobre su presa.

El acero mugriento y lleno de restos de carnero penetró la piel. musculos y carne no solo del pectoral izquierdo, sino también del esternón del reo, perforandolo ligeramente y provocandole una tos sangrienta y en extremo dolorosa. Aquel golpe habia destrozado al pobre Karl, que jamás se habia visto en una situación tan peliaguda. Fue encontes cuando su hermano, viendo la situación, soltó el brazo que su hermano le habia preparado fraternalmente para ayudarle en su huida, y salió corriendo a toda la velocidad como alma que lleva el diablo, fuera de aquel lugar. El carnicero intentó propinarle un machetazo a aquel bastardo, pero Friedi fue más rápido. Al parecer, sus heridas no eran tales, y ahora que su hermano estaba doblado por el dolor, seria más fácil huir y que el enfadado tendero se las apañara con él.



FDI: Te ha acertado con un 35 en el pecho, provocandote 8 de daño y un critico de 3 en el torso. Pierdes todas tus heridas, ganas un punto de locura y por si fuera, la bolsa con las monedas robadas y la barba postiza se te caen por el suelo tras el enorme golpe. Ahora tienes un -10 a HA hasta recibir atención médica.

Mira que ir a salvar a un ladrón como Friedi...
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

Mensaje por Nimref »

Karl van Spenholf

En cuestión de segundos, la situación había variado por completo. Ahora no era Friedrich, sino Karl, el que estaba a merced del tendero, y ya no era un trabuco lo que llevaba en sus manos, sino un afilado cuchillo, que había dado cuenta del pecho de Karl.

Éste no pudo evitar soltar un alarido de dolor, antes de darse cuenta de que había pasado. En ese momento, abrió los ojos de par en par viendo al carnicero psicópata al tiempo que echaba a correr en dirección del local de Molbin, todo lo rápido que podía, huyendo de la furia del tendero. Corrió todo lo rápido que pudo mientras veía a su hermano huyendo al mismo tiempo.

¡Hijo de puta! -le espetó Karl

Eh... eso no es muy bueno para mí tampoco... pensó de pronto Karl, ante lo que implicaba para él su propio insulto

¡Estás muerto! -gritó, mientras corría, pensando que realmente su hermano no le oiría, aunque poco le importaba.

Me encargaré de tí, jodido mequetrefe... Pero antes debo reunirme con el consejero y arreglar este estropicio... pensó, al tiempo que se miraba el pecho, sangrante.

FDI: Karl es un galgo corredor, ¿o debería decir huidor?
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

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Karl intentó correr detrás de su hermano, pero el enfurecido tendero no iba a dejarle escapar asi como asi. Lanzó un fuerte tajo hacia el ladrón que éste no pudo esquivar a tiempo. Sin embargo, antes de morir machacado bajo el acero del carnicero, Karl vió el rostro petrificado de quien iba a convertirse en su asesino. Enfrente suya, diez hombres armados con ballestas apuntaban al atónito carnicero.

Consejero Leitdorf

-Señor, no se que problemas tendrá con este hombre, pero será mejor que baje el arma lenta y cuidadosamente. Trabaja para el Conde Elector, y éste estaria disgustado si uno de sus hombres muriera de tal manera. No queremos que nadie salga herido, ¿verdad?.


Detrás de los ballesteros, el jefe de Karl apareció, salvandole la vida al reo en el último momento. Habian visto la escena desde lejos, pero hasta que no habia ido a mayores no se decidieron por actuar. Los hombres con los que iba el consejero portaban armaduras de brillantes colores amarillos, plagadas de pergaminos pesados ancladas en ellas. No eran sino Arcas Rojas, con los que el Consejero habia pactado un acuerdo de colaboración, y que lucharian para el bando Leitdorf.

Pero el carnicero no se iba a dar por vencido, y exclamó que Karl y otro tipo le habian robado cien coronas de oro. El Consejero, en lugar de protestar por tal queja, contestó al carnicero con algo que éste no pudo contrarrestar.

-Señor, Leitdorf le encargará a usted el abituallamiento conjunto de sus hombres si deja a este chaval conmigo. Ganará el doble de lo que ha perdido hoy, y encima, yo me encargaré de que el reciba un justo castigo. Pero matarle no le servirá a usted para ganar el contrato que le ofrezco y atrapar al otro ladrón (al que prometo coger vivo y entregarselo a usted en persona, junto al dinero que falte), y a mi me ocasionaria la perdida de un hombre que me sirve bien.


Dicho y hecho, el Consejero entregó al carnicero cinco coronas, y agarró a Spenholf por un brazo, carente de delicadeza. El carnicero quedó contrariado, pero los ballesteros ayudaban a que no contrariara al consejero. Maldiciendo al aire, volvió dentro del local, y el Consejero puso en pie a Karl.

-¿Qué demonios estás haciendo? ¿Cómo se te ocurre robarle a alguien del barrio, cabeza de chorlito? Tienes suerte de haber conseguido el libro que te pedi, si no te habria despojado de tu bolsa y te habria entregado a ese tendero... En fin, al menos ahora podrás acompañarme, y decirme quien era el tipo que ha robado al carnicero contigo, pues más vale que le encontremos si no queremos granjearnos enemistades entre las gentes del barrio.


Karl habia salido de una para meterse en otra, pues el consejero no tenia pensado mandarlo a ver a Molbin precisamente.

-Cuando pase por el taller del galeno, oi que Jobb Alptraum se habia reunido en la Plenzerplazt, asi que nos toca ir para allá a ver que se cuenta ese malnacido. Estos hombres de aqui son miembros de las Arcas Rojas, que a partir de ahora trabajarán con nosotros. Se han empeñado en ir conmigo para que no me pase nada, algo de esperar sabiendo que soy yo quien les va a pagar. Asi que no te quejes, sujetate la herida del pecho y ven conmigo.



FDI: Karl, pierdes un PD pero ganas las 20 coronas de oro robadas y un Punto de Locura por la cara. Sigues teniendo un -10 a HA, pero ni con esas ni con tu estado convencerás al Consejero para que vayas al médico.
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Re: Karl van Spenholf I: Recadero de Cobardes

Mensaje por Nimref »

Karl van Spenholf

La reacción normal de una persona herida que es agarrada de forma brusca por el brazo habría sido un gruñido, o incluso un insulto, pero no para Karl.

Ehrm... gracias, jefe... -dijo al tiempo que agachaba la cabeza, avergonzado.

Apenas pudo mirar al consejero mientras le reñía y le explicaba como estaba la situación, diciéndole que se había salvado por haber conseguido el libro. Observo a los hombres de los Arcas Rojas, todos ellos perfectamente equipados, protegiendo al consejero.

Herr consejero... todo lo que puedo decirle del otro hombre que me acompañaba es su nombre, Friedrich van Spenholf... es un muy buen ladrón, ágil y silencioso como él solo... y le garantizo que la próxima vez que lo vea, lo cogeré, aunque tenga que matarlo, jefe... -afirmó con la cabeza mientras hablaba, como intentando dar veracidad a sus palabras.

Mientras caminaba, con problemas, se preguntó si realmente sería útil en lo que se avecinaba y, puesto que el consejero era una persona que para él era de suficiente sabiduría, y la única persona con la que tenía confianza de los allí presentes, no dudo en hacérselo saber.

Señor... quiero enmendar mi error y, para ello, seros de utilidad... si queréis que corte gargantas, cortaré gargantas... -dijo, intentando mantener la mirada a su interlocutor pero, finalmente, sin poder hacerlo- Pero debo admitirle que... creo que puedo hacer que los leales a Leitdorf consigan tiempo, si trazamos un plan lo suficientemente bueno como para que las tropas de los ilegítimos gobernantes me consideren una pieza lo suficientemente buena como para ser cazada... si entiende a lo que me refiero... claro que vos decidís, y puedo dedicarme únicamente a matar traidores al legítimo conde elector -dijo, alzando la mirada y, esta vez sí, mirándole a los ojos- Únicamente, jefe... ¿podría darme alguna explicación de la situación en la que nos encontramos? No hay nadie por la calle y... no sé...

FDI: en resumidas, cuentas, le acompaño, xDD


EDIT DEL TODOPODEROSO MASTER: Ahora volverás a postear en el hilo de Prisión de Almas, cuando actualice te aviso.
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