Foro de IGARol (Warhammer Rol)

Lluvia.

¿Por qué siempre tiene que ser lluvia?

Ese fue el pensamiento de Johannes Weiss, Cazador de Vampiros, cuando las negras nubes dejaron caer su carga sobre él. Pero no todo le iba a salir tan mal aquel día. Después de haber entrado en una Cripta en un castillo abandonado, haber volado la cabeza a cuanto esqueleto se le puso por delante y acabado con la mísera existencia de un Nigromante Necrarca, al final veía la recompensa a su atareado día.

Una posada.

El cansado y empapado cazador se arrastró hasta la puerta, y con un soberano esfuerzo, abrió la puerta de la posada.

¿Por qué todo me pasa a mí?

El Cazador estaba ya a punto de llorar... En aquella posada no había mesas con halflings bailando encima, no había golpes y botellas volando, no había enanos desmayados por la bebida, ya hasta dudaba que fuese a haber cerveza. Aún así se esforzó en llegar hasta la barra y pedir lo más fuerte que tuviesen. El Tabernero le sirvió un líquido transparente que Weiss no sabía muy bien lo que era. Se lo bebió. De un trago. Después cayó al suelo fulminado. Lo último que le dio tiempo antes de quedar inconsciente fue: ¿Nadie habrá visto un vampiro por aquí, no?. Ante el silencio del respetable, pensó: "Bien, porque lo que necesito ahora es un buen sueño...". Si alguien necesitaba algo, ya se ocuparía de despertarle...

Esto...si miras debajo de las mesas, verás porqué no hay enanos sobre ellas desmayados por la bebida XD. Supongo que el estar oculto allá abajo me proporciona la misma comodidad que una buena caverna enana, además de pingues beneficios en forma de oro habilmente "extraido" de las bolsas ajenas XD. Un saludo (aunque sea por segunda vez).

Bienvenido Weiss.

En medio de su sueño etílico, Weiss alcanzó a distinguir dos voces, una melodiosa voz propia de un bardo o juglar que le saludaba, y otra que a Weiss le pareció venir de una mesa. UNA MESA PARLANTE CON VOZ DE ENANO. Reuniendo todas las fuerzas que pudo, alcanzó a musitar: Gracias Señor Bardo, y mucho gusto, mesa parlante con voz de enano. Después, volvió a caer en la inconsciencia del que ha bebido demasiado...

El arcabucero, habiéndose despedido de la damisela de la planta de arriba, con un intercambio de monedas y una sonora palmada en el trasero, desciende las escaleras de madera que crujen bajo su peso, hasta llegar a la planta, donde acaba de llegar ese tipo...

El bardo, le ha saludado al entrar, igual que ese enano, debajo de la mesa... Creo que esperaré a saludarle cuando despierte, parece muy cansado, y está empapado! - piensa Jacques mientras camina hasta la ventana de la posada.
Una vez allí, entreabre el postigo para observar el exterior. Las negras nubes parecían haberse tragado el sol de la tarde. No faltaban mas que un par de horas o tres para que oscureciera, pero daba la impresión de ser mucho mas tarde.
El sonido de la lluvia contra laos cristales se oía perfectamente, un trueno golpeo el cielo casi encima de la posada, la cortina de lluvia empañaba la ventana por la que miraba Jacques, pero al caer un nuevo relámpago, la vista se le fué hacia lo alto de la colina cercana, junto a la frondosa arboleda de pinos... Allí, descubrió un carruaje negro, con dos caballos de tiro del mismo color. Sobre el pescante, un conductor encorvado bajo la lluvia, cubierto por una gruesa capa y un sombrero de alas anchas vencidas. Parecían mirar directamente hacia la posada.

- Quien demonios aguardaría al descubierto con un tiempo así... - musita casi para si mismo el arcabucero.

Primero el Necrarca, luego lluvia, luego la posada más extraña que había visto en su vida, y para acabar, una tormenta que parece que no estaba dispuesta a dejarle dormir. El Cazador se las arregló para ponerse de pie, se arregló un poco sus empapadas ropas, su antaño impoluto uniforme negro, su capa y su sombrero, revisó la pólvora de sus dos pistolas de repetición, que obviamente estaba mojada por lo que gastó unos instantes en cambiarla. Echó mano a su ballesta y comprobó que la humedad había echado la cuerda a perder, por lo que tendría que cambiarla en el primer pueblo que encontrase después de pasar la posada en la que se encontraba.

Echó un vistazo a la gente que se encontraba en la sala, aún algo mareado y saludó con una inclinación de cabeza a aun bardo que había, suponiendo que era quien le había saludado tiempo antes. Después de eso, se dirigió a la supuesta mesa parlante, miró debajo, y para su sorpresa lo que encontró fue un enano intentando vaciar la bolsa de un pobre desgraciado que estaba sentado en el banco junto a la mesa. No dijo nada para no distraer en su labor al Señor Enano, y después dirigiéndose a la multitud congregada en el establecimiento, habló: "Mi nombre es Johannes Weiss, me dedico al exterminio de heréticas criaturas no muertas y me encuentro en esta posada de camino a Altdorf. Agradeceré cualquier información que me pueda ser dada". Después del saludo y de responder a las bienvenidas de los parroquianos, se acercó al posadero, y le preguntó que era lo que le había dado antes. Vodka Kislevita. Eso lo explicaba todo...

Estando sentado en la barra tomándose tranquilamente una por fin merecida cerveza, se fijó en un hombre de pie junto a la ventana. Viendo que éste no se encontraba hablando con los demás clientes, se acercó a él, puede que pudiese darle una grata conversación.

"Saludos camarada, mi nombre es Joha..."

Miró hacia lo que estaba mirando el hombre a su lado.

Un carruaje. Y negro. Nunca le habían gustado los Carruajes Negros...

Por Sigmar!! Musito para si, hacía tiempo que los cazadores de brujas no se dejaban ver por estos lares y encima con esta tormenta... en fin, habrá que tratar de hacer buenas migas con ese nuevo servidor del emperador, quizás sea util ... en ese momento el resplandor de un nuevo relampago ilumino el exterior y este pobre hombre pudo observar también con cierto pesar el carruaje negro del exterior que observaban el arcabucero y el cazador de brujas.... extraña pareja penso para si mismo.

- Saludos camarada, mi nombre es Joha...

- Si, a mi también me lo parece - contesta el arcabucero a la conclusión que supone se debe haber formado en la cabeza del recién llegado cuando ha visto el carruaje - No hace mucho, desde la planta de arriba, me he asomado a la ventana y ese carromato no estaba ahí...ha llegado hace poco. Pero... porque no se acercan a buscar cobijo...? Quien conduciría un carruaje bajo un tiempo como este y no entraría en una posada en cuanto la viera?
Claro que... - Jacques se vuelve hacia Johannes - puede que no sea cobijo lo que buscan.

El sonido lejano de un relincho le vuelve a concentrar en el carruaje, a través de la cortina de lluvia.
Para cuando esto ocurre, la silueta del conductor sobre el pescante, ha desaparecido.

Miro por la ventana y veo caer la lluvia y me fijo tambien en el carruaje negro decido guardar mi laud en la mochila que llevo puesta en la espalda y saco una bolsa de cuero con dibujos elficos, de hay meto mi mano y saco un par de chelines de plata le pago al tabernero, acontinuacion me quito la capa larga con capucha que antes me habia protegido de la lluvia y pueden ver que llevo una armadura imperial, en el peto podeis observar una calavera con una corona de laures, en el cinto notais que llevo una espada y la empuñadura elaborada una cabeza de dragon, me vuelvo a sentar cerca de la hogera, saco un mapa imperial que me representa bien dibujado todos los condados, bosques y montañas, me pongo pensativo sobre que marcha debo continuar...


Nota: Recordar que llevo una pistola de polvora tambien en el cinto.

Joder con el Bardo! - piensa Jacques

Weiss se acercó un poco más a su compañero arcabucero, y le dijo en voz baja:

-Amigo, esto cada vez es más raro. Ahora los bardos llevan armadura de placas y espadas imponentes... Bueno, eso es secundario comparado con lo que tenemos delante de nosotros... Un consejo, ¿sabes a qué lado está el corazón, no?.

Dándose la vuelta, habló a los allí congregados, diciendo:

-Estimados súbditos del Emperador, NO estoy diciendo que haya ningún vampiro ni nada parecido en las proximidades, pero EN EL CASO DE QUE LO HUBIESE, espero que todos sepáis donde está el corazón...

Volviendo a situarse junto al arcabucero y acariciando la empuñadura de su pistola, pensó para sí mismo:

-Esto es un sueño, sigo borracho y durmiendo...

Sin embargo, no era capaz de creérselo mientras veía la silueta del Carruaje Negro recortarse en la cima de la colina con cada rayo que caía.

-Bueno, que Sigmar nos proteja...

-¿Un vampiro decis valiente Cazador Sin Nombre?, me presento me llamo Envul von Haffter pertenezco a una familia noble del Gran Condado de Stirland, en un tiempo fui caballero mercenario en Tilea me apodaron " El Temerario" tengo demasiado dinero y prefiero vivir la aventura, si teneis problemas con vampiros me apunto a la caceria, como podeis observar señor voy bien armado, la espada, una pistola de polvora frabicacion enana y dagas de plata elficas bien puestas en mis tobillos, ¿ el carruaje negro es vuestro?.- Desvio la mirada del mapa y presto atencion al cazador, me presento y termino de hablar con un:

-Que Sigmar y Ulric nos proteja Cazador.- Vuelvo la mirada al mapa imperial, un relampago sacude las colinas del exterior...

-Gracias por el ofrecimiento, amigo. Mi nombre es Johannes y aunque está admirablemente bien armado, permítame decirle que ni el Tanque de Vapor es rival para un vampiro. ¿Sabe que el maldito Vlad Von Carstein fue golpeado hasta la muerte por el Gran Maestre de los Templarios de Ulric durante la batalla de Swarthafen en el 2050?, y aún así el condenado de él reapareció al año siguiente. No compañero, un vampiro no es nada con lo que se pueda jugar, aunque cuentes con armas muy caras...

Reza para que de ese Carruaje no salga nada, y si sale, déjamelo a mí, tengo algo personal con ellos, -dijo esbozando una ligera sonrisa- dedíquese a salvar la vida y a salvar a todos los que pueda, con eso habrá cumplido su cometido.

Dirigiéndose hacia la ventana por enésima vez, iba murmurando:

-Vamos, si vas a salir hazlo ya, maldito chupasangres, zombie bien vestido, pijo no muerto...

El que hubiese mirado al Cazador, habría advertido una mueca de locura en su cara...

-Aunque el destino de Myrmidia quiera que nos unamos en esta cruzada sigmarita compañero Johannes y camarada.- refiriendome al arcabucero Jacques.- Me esta dando ganas de ir de aventura la verdad, ¿os unis conmigo compañeros?.- Vuelvo a mirar al arcabucero y a Johannes y mi vista se centra en el carruaje negro.- Esta tension me esta matando ¿ quien se viene afuera haber lo que contiene dicho carruaje de la noche?.- Alzo la voz por toda la taberna.

Al oír la charla de los 3 hombres, una oscura silueta se levanta de su asiento, tras darle el ultimo sorbo a su cerveza tibia. Se ajusta el sombrero de ala ancha y se dirige a la ventana, junto a los aventureros.

- Yo me apunto -dice el joven cazador de brujas-. Disculpen, no me he presentado. Mi nombre es Hengel, Hengel van Hoffman, y también soy Stirlandés -dice mirando al bardo con armadura-. Mi sagrada misión es purgar al sagrado Imperio de la corrupción, sea ésta como sea, y por los métodos que sea. Si salen, les acompaño.