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igest
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Mensaje por igest »

El contraste del barrio rico con las demás partes de la ciudad no es solo algo que tenga que ver con los edificios suntuosos, las estatuas, los múltiples templos y capillas que en el hay. La verdadera diferencia la marca la gente.

Todo aquél que tiene un nombre en la ciudad, vive en el barrio rico. Las cosas son así de claras, los nobles desde los parientes directos de la familia real a el hidalgo más humilde no vivirían en ninguna otra parte. Luego están los mercaderes y burgueses ricos, que aspiran a ganar el dinero suficiente para conseguir posición y si es posible títulos.

Si uno se fija en los transeuntes de este barrio una tarde cualquiera, sólo verá realmente ocupados a los sirvientes, los demás pasean aparentemente ociosos tratando de lucir sus galas. Esta apariencia a veces es engañosa, pues es habitual que comerciantes y funcionarios aprovechen los paseos para entablar contactos y resolver asuntos. También es fácil que algún engalanado joven Hidalgo, que luce camisa de seda y decoradas espada y sombrero, no haya comido ese día. Hay tres calles principales en el esta zona de la ciudad, la Calle de Palacios, la calle de San Argimiro de Mirmida (habitualmente sólo llamada de Mirmida), y la Calle que comienza con el nombre de Pedraza que en el final de su trazado se llama de Aguafresca.

Las dos primeras calles son perpendiculares entre sí mientras que la última esparalela a la calle de Palacios. Las calles de los bordes de esta zona de la ciudad, no se diferencian mucho de las de los barrios que bordean, en ellas viven todos aquellos que a pesar de ser de noble origen no pueden pagarse mejores moradas.

Sin embargo a medida que uno se adentra en el barrio, las calles pasan a estar todas empedradas y las edificios tener sobre sus puertas labrados los escudos de armas de los habitantes. Capillas y templos se alzan casi en cada esquina, pues son muchos los que han donado partes de sus terrenos para que en ellos se construyan lugares de culto en honor al tal o cual santo que una vez intercedió ante los dioses por el benefactor.
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