[Lugar] La Calle de los Palacios

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igest
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[Lugar] La Calle de los Palacios

Mensaje por igest »

Cuando uno oye hablar de la calle de los Palacios la primera imagen que le viene a la cabeza es la de las grandes mansiones que la flanquean. Sin lugar a dudas, el nombre de esta calle está en consonancia con el entorno en el que se encuentra. Es la avenida más amplia de la ciudad de Diamanterra, con un empedrado bien cuidado y mantenido. Sin lugar a dudas, los estipendios que entregan sus convecinos ayudan convenientemente a su cuidado.

En esta calle, que recorre casi por completo el barrio Rico de Diamanterra hasta desembocar en la entrada principal del castillo podrían encontrarse a algunos de los personajes más influyentes de la ciudad. Eso si, siempre de paso, en sus carruajes, en dirección a algún negocio o fiesta.

La calle de los Palacios también es famosa por sus engalanamientos cuando alguno de los nobles que en ella vive decide organizar alguna fiesta. Parece una competición por ver quien es capaz de adornar de forma más fastuosa la calle. Todavía es recordado por muchos, cuando un noble procedente de Arabia decidió organizar una fiesta en la mansión de uno de sus allegados en la ciudad y la calle de los Palacios fue cubierta por completo con pétalos. No había un solo adoquín de la calle que asomase por encima del manto multicolor de las flores. Sin duda una visión que pocos olvidarían alguna vez (y también hay que decir que pocos la podrían ver, pues el noble en cuestión entregó suficiente dinero como para mantener a cualquier persona que no estuviese invitada lejos del lugar). Esta costumbre de engalanar la calle de los Palacios se remonta a la antigüedad de los tiempos, ya que al ser considerada la principal calle de entrada al castillo, era costumbre adornarla cuando el rey de Obregón regresaba triunfal de alguna campaña, o cuando este tenía algo que celebrar. Ahora no obstante, más que como acto ceremonial, es una competencia entre los nobles que la frecuentan.

Si bien, esta es la avenida principal de entrada al castillo, no es la más utilizada para este fin. Y es que precisamente sus vecinos, no son muy amigos de que otros ciudadanos de la ciudad la recorran así como así. Así pues, y gracias a una jugosa cantidad de dinero que pagan anualmente al rey han logrado el derecho a apostar guardias que controlen, qué y quién recorre los cuidados y simétricos adoquines de su calle. Y es que en el fondo, casi consideran que la calle es una extensión más de sus propiedades.

De esta forma, han logrado que todo el tráfico que tiene por destino el castillo del Rey, tenga que desviarse por la paralela calle Pedraza, a excepción del Rey o aquellos que tienen el favor de alguno de los vecinos de la calle de los Palacios. Así pues, a su entrada siempre se encuentra un grupo de guardias apostados que se encargan de que esto se cumpla y no suelen ser ni amables con nadie que no tenga algún pase. El ejército también cuenta con la excepción para recorrer la calle, aunque muchos militares prefieren mantenerse alejados de los “petrimetres” que habitan en el lugar no sea que se les pegue algo de su “galantería” (como bien mantienen en animadas conversaciones ante una buena botella de vino).
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