La casa real de Obregón

Moderador: Moderadores

Avatar de Usuario
igest
Portador de los dados
Portador de los dados
Mensajes: 6020
Registrado: 25 Sep 2006, 18:04
Ubicación: En lo más oscuro de la biblioteca secreta
Contactar:

La casa real de Obregón

Mensaje por igest »

Los Obregón son una dinastía de vital importancia para el reino que lleva su nombre, ya que fueron sus propios fundadores. Los Obregón eran hace milenios una familia de comerciantes de una cierta importancia en Magritta. En esas antiguas épocas los hombres apenas eran unos bárbaros peludos vestidos con pieles y armados con garrotes, pero los estalianos y tileanos tuvieron la suerte de aprender de la cultura élfica mediante el comercio. Esa etapa anterior a la formación del Imperio fue llamada la "Era Dorada" debido a los grandes avances tecnológicos, artísticos y culturales que conllevaron el contacto con los Altos Elfos.

No se saben los motivos -aunque algunos apuntan a la quiebra de sus negocios -, pero la cuestión es que por algún motivo, los Obregón decidieron trasladarse desde Magritta hacia la lejana ciudad de Muros. Desde allí, y con el paso de los años, lograron grandes ganancias con los que compraron los títulos de nobles. Muchos años más tarde y tras innumerables intrigas políticas, los Obregón se convirtieron en reyes.

Evidentemente nadie, ni tan solo los propios miembros de la dinastía Obregón conocen estos inicios, enterrados por siglos de historia. El primer y más grande rey que tuvo la dinastía fue Pedro I "El Emperador". Él fue el que fijó sus ojos en Diamanterra por primera vez, a la vez que conquistó grandes territorios a los reinos vecinos mediante cruentas guerras. Gracias a sus grandes conquistas, formó el reino que llevaba su apellido: el reino de Obregón que conocemos hoy en día. Pero en esos remotos tiempos, el que ahora se llama reino, era un imperio de grandes extensiones que llegó a abarcar amplios territorios, incluida la importante ciudad de Bilbali.

Los años pasaron, y el imperio de Pedro I pasó a las manos de su hijo, Pedro II "El Sordo", llamado así por su deficiencia auditiva. Fue con la llegada del nieto de Pedro I, Pedro III "El Débil" cuando el reino de los Obregón empezó a declinar. Amplios territorios fueron invadidos por los reinos rivales o vendidos a cambio de grandes cantidades de dinero. A este funesto reinado le siguieron los gobiernos de Enrique I y Fernando I "El Terrible".

Este último monarca sobrepasó el antiguo estado de equilibrio de su reino con sus terribles guerras déspotas. Embargado por una enorme sed de poder, decidió declarar la guerra a todos los reinos vecinos con la intención de volver a reinstaurar "La Era Dorada" del antiguo reino de Obregón. El rey Fernando llamó a las levas a todos los ciudadanos que pudiesen sostener una arma, ya que creía que la lucha para la futura gloria del reino recaía en la plebe. Aquellos que se negaron fueron ejecutados sin compasión, acusados de traidores. Así, miles de hombres partieron apesadumbrados a la guerra, preparándose para invadir territorios para la corona. Así empezó la llamada "Guerra de la Ambición".

Muchos de los que acudieron a las armas eran viejos o niños mocosos que murieron en el campo de batalla bajo las primeras andanas de flechas o los primeros golpes de espada. Con esta terrible guerra de conquista, Obregón perdió a más de la mitad de su población masculina. Aunque los ataques por sorpresa al amanecer que dirigía el rey en persona funcionaron muy bien al principio, en poco tiempo él y sus tropas se vieron obligados a retroceder ante la superioridad numérica de sus numerosos enemigos. Viendo su victoria cerca, los reinos de Ávila, Santoyo y Tigarre empezaron a repartirse los territorios de Obregón. Fue después de muchas disputas internas, tratados y ofertas millonarias cuando el rey de Ávila, Jeremías de Girón II, adquirió las tierras de Obregón para su propio reino.

Finalmente, en la "Batalla de las Cuatro Banderas", la coalición de los tres reinos enemigos de Fernando aplastaron su ejército. Fue el hermano del rey de Ávila, Dante de Girón, quién mato a Fernando I en combate personal acabando así con su reinado. Tenía que ser el propio Dante, patrocinado por su hermano Jeremías, el futuro rey de la corona de Obregón, pero las heridas envenenadas que le había causado Fernando durante el combate lo sumieron en una intensa agonía. Con sus últimas energías proclamo reina del reino de Obregón a su hija Carolina, que muy pronto fue conocida como "La Gorda".

Con Carolina I, se instauró el reinado de los Girón en Obregón, reino que fue sumiso a las órdenes del rey de Ávila debido a su derrota militar. El pueblo de Obregón no tardó en revelarse ante esta nueva casa real, ya que como perdedores de la Guerra de la Ambición, tenían que pagar grandes diezmos al rey de Ávila. Los nobles y los sacerdotes tampoco estaban contentos, ya que su poder se había recortado drásticamente. Numerosas reyertas internas estuvieron a punto de destronar a Carolina I, pero esta dominó con mano de hierro su reino. Fue con su muerte y la coronación de su deforme hijo Daniel I "El Enano" cuando los opositores a los Girón actuaron abiertamente. Así, solo dos años más tarde se su proclamación, Daniel I fue hallado muerto en sus aposentos, acuchillado por la espalda.

El rey de Ávila intentó coronar a otro familiar suyo como rey de Obregón, pero misteriosamente todos los que llegaban al Castillo Real de Muros no volvían a salir vivos de él. Fue así como al final, el que se cree que fue el artífice de los asesinatos, Alfonso I llegó al trono. Alfonso I decía ser descendiente directo de Pedro I El Emperador, aunque poca gente le creía. Desde entonces la familia real que gobierna en Obregón toma el nombre de Casa Real de Obregón, aunque no sean realmente descendientes de los Obregón originales, dinastía que se perdió con Fernando I. Con Alfonso I empezó una nueva etapa de gobierno Obregón, aunque el rey de Ávila siempre proclamó a un familiar suyo como rey Girón en el exilio. Con el paso de los años, las guerras, golpes de estado e incluso alzamientos populares hicieron cambiar de manos la corona de Obregón entre los Girón y otras casas reales leales a su reino que tomaron como suyo el nombre de Obregón.

El último Girón que gobernó en el reino de Obregón fue Felipe IV "El Caótico". Las leyendas cuentan que este pérfido monarca adoraba a los dioses Oscuros, y que hacía raptar a ciudadanos de sus propias casas para sacrificarlos en sus retorcidos rituales mágicos. Tal era la reputación de Felipe IV que solo con oír su nombre, todo hombre y mujer temblaba de miedo y rezaba a Myrmidia por su seguridad. Esta reputación fue utilizada por los Obregón en el exilio para encabezar un alzamiento contra el monarca y proclamarse nuevos gobernantes del reino. El rey de Ávila se tomó muy mal que mataran a su sobrino por lo que él consideraba "pérfidas mentiras para ensuciar el prestigioso apellido de Girón". La guerra no tardó en desatarse. Durante tres años las fuerzas de Ávila y Obregón lucharon sin tregua en la llamada "Guerra de los Dos Reyes". La paz solo vino cuando los contendientes vieron el estancamiento del conflicto, por la cual cosa firmaron un tratado de paz llamado "Los Diez Puntos de Pablo IV".

Este tratado significo la paz entre los dos reinos, tratados de no agresión, y el derecho de la casa real de los Girón a tener embajadores en la capital del reino de Obregón, Diamanterra. Pablo IV "El Magnífico" fue proclamado nuevo rey de Obregón. Con él llego una nueva era de paz y prosperidad no vista desde hacía siglos. Pero como sucedió con el primer rey, Pedro I "El Emperador", los descendientes del monarca fueron de mal en peor. Antonio IV "El Niño" se divertía gastándose miles de coronas de oro construyendo muros alrededor de rebaños de vacas y bombardeándolas con cañones. Su hijo, Julio III "El Guapo", tuvo 58 amantes conocidas durante su reinado, y se calcula que más de 105 hijos ilegítimos.

La actual reina de Obregón, María Consuelo Jiménez o Maria III, no parece dispuesta a mejorar la imagen de su casa real. Es llamada "La Vanidosa" por su ridícula pretensión a ser tratada como la máxima manifestación de belleza en su reino. La obsesión por su aspecto la ha llevado a instalar decenas de enormes espejos por todo su residencia real e incluso en el castillo. Se sabe que tiene docenas de criados que solo se ocupan de cuidar su pelo, uñas, piel... llegando a los asombrosos extremos de nombrar a un "Real Cuidador y Maquillador de Pestañas Monárquicas". Lo peor del caso es que Maria III es una mujer descaradamente fea: obesa hasta el extremo de ser llevada en palanquín a todos lados, con piel grasienta y enfermizamente blanca...

Los actuales gobernadores de Obregón no son los consejeros o ministros más capacitados para su trabajo, sino aquellos que saben adular mejor a su monarca. No cabe decir que esta patética situación es aprovechada por los Girón para criticar la corona de Obregón y reclamando el trono para sí. Otros opositores a la corona ganan fuerza día a día, como los burgomaestres comerciantes, los nobles e incluso un reducido grupo de intelectuales republicanos.
Responder

Volver a “Política, leyes y diplomacia”