Adelfbert I: Cazador de Monstruos

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Saratai
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

El viejo escudero no se andó con rodeos, preguntandole directamente a Amelia acerca del monstruo. Ésta, que para nada esperaba tal introducción, no pudo sino quedarse parada unos instantes.

Amelia Timenget

...Eh, si, soy yo. ¿El comecabras? Será mejor que pase antes de seguir hablando, caballero.


La pequeña mujer hizo entrar a Adelfber dentro de la casa sin mediar más palabra. La estancia era más pequeña de lo que hacia imaginar la casa. Estaba constituida por una habitación con cama y un salón con una mesa diminuta y cinco sillas, además de algunas herramientas de cocina y vasijas con flores y hierbas. Pero lo más extraño era lo que habia en una de las sillas. Un hombre de pelo rubio y barba trenzada, se encontraba en la estancia. Una fea herida surcaba su mandibula por la parte izquierda, en la que faltaban algunos dientes. Y asi como Manuel Void, el rubio caballero de la estancia portaba una esplendida armadura con detalles animales en oro y plata, amén de un yelmo cerrado con forma de cabeza de oso...

No cabia duda, aquel hombre era un caballero de la Orden del Oso Negro. El caballero se levantó de la silla, haciendola crujir con su peso, para saludar al anciano Adelfbert.

Alan Friedsgoth

-Saludos, caballero. Amigos de Amelia son amigos mios-
saludó el caballero mientras estrechaba la mano del barbudo escudero de Hans - Alan - concluyó presentandose, y esperando una respuesta.


Amelia Timenget

-Más despacio, Alan. No conozco a este hombre de nada, es la primera vez que le veo. Ha venido para hablar del comecabras, el engendro de los bosques de Loningbruck.



Alan miró entonces con curiosidad al escudero, pues si venia en afan de encontrar a aquel engendro no podia ser un hombre cualquiera.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Nirkhuz »

Adelfbert estaba algo sorprendido. La casa era muy pequeña, para lo grande que parecia.... ¿de que tamaño serian las paredes?
Al ver al caballero, completamente armado, se sorprendió. La cicatriz era algo asquerosa, pero peores habia visto. El intercambio de palabras entre Amelia y el tal Alan le sorprendió un poco. La mujer era algo hostil, pero podia entenderse. Cuando cabaron, el caballero respondió

Adelfbert
No tienen que preocuparse por nada. Mi nombre es Adelfbert
-el escudero tendió su mano al caballero,para seguir las reglas de la etiqueta, y luego volvió con la tal Amelia.
No teneis por que contarmelo todo, señora. Si algo lo veis demasiado dificil, parad. Yo también se lo que son las experincias dificiles- dijo el escudero, mostrando una de las muchas cicatrices de su brazo, y la señaló- Un orco especialmente salvaje. Fué horrible.-dijo con una media sonrisa en la cara, de complicidad y entendimiento, más que otra cosa.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

Alan estrechó la mano y sonrió al viejo Adelfbert, tras éste quedar presentado. Amelia tomó asiento, e invitó a los dos caballeros a que siguieran su ejemplo.

Amelia Timenget

-Bien Adelfbert, asi que quieres saber lo que se del comecabras. Primero, gracias por preocuparte por si la situación resultaba dificil para mí, pero descuida, he visto cosas muy feas en mi vida. Aunque no tanto como ese engendro, la verdad.


Amelia paró para traer unas bebidas a los dos hombres, para que pudieran escuchar tranquilamente lo que tenia que decir.

-Ese monstruo- prosiguió con total naturalidad -lleva muchos años por esta zona. Sin embargo, no todos recuerdan su origen. Hace varios años, como podrás recordar, mutantes asolaban la provincia, y los caminos eran un lugar horrible que debia ser evitado. Entonces era imposible moverse por Averland, y hombres como mi amigo Alan arriesgaron su vida por cambiar la situación. El que ahora es fiscal de la provincia, Heinrich Messner, luchó duramente para acabar con aquellos seres innombrables que asaltaban caravanas y mataban patrulleros y viajeros. También muchos heroes anonimos perdieron su vida, y todo esto al tiempo que en el Norte una virulenta guerra diezmaba a los hombres habiles para la guerra. En esos dias aciagos, hubo gentes que aprovecharon la situación para sacar provecho de ella, patrulleros que se negaron a arriesgarse por una pequeña paga y mercenarios sin ningún tipo de escrupulos. Con la llegada del ferreo gobierno de Oliver Saford todo esto termino (aunque entonces no sabiamos como iban a desenvolverse los acontecimientos), pero muchos maleantes y criminales siguieron sueltos. Uno de esos criminales era un jinete con uniforme de patrullero de banda blanca y azul, que asaltaba casas aisladas al Este de la provincia para robar y huir. Tal corrupto hombre habia desarrollado una extraña malformación, pero nunca llegué a verlo y por lo tanto no puedo saber más que era una especie de apendice, parecido al de un alacrán.

-Tal ser atravesó el paso del fuego negro, y nada más se supo de él. Pero hará un año, un horrendo engendro empezó a asolar granjas perdidas para robar y matar al ganado. Nadie sabia de donde venia, y yo misma tuve el infortunio de encontrarmelo en el bosque hará unos meses, cuando salia hacia Loningbruck. Sin embargo, el monstruo no me atacó, simplemente se acercó (mientras el miedo me paralizaba) y salió huyendo. Tras el encuentro pude ver su asqueroso cuerpo, consistente en lo que en un origen debió ser un caballo, pero con extrañas protuberancias por todo el cuerpo y una cola de escorpión, que cuadraba con la descripción que yo escuché años antes en el Este de Averland.

Alan Friedsgoth


El caballero meditó acerca de las palabras de Amelia, para expresar su opinión al respecto.

-Mucho me temo que ese engendro es ni más ni menos que ese asaltante mutante de hace años. Y además, creo saber quien es. Hace mucho tiempo, antes de la guerra, yo trabajaba para la ciudad de Averheim como sargento de vigilantes. Pero ya por entonces sospechaba de la corrupción de varios agentes, sospecha que se confirmó con los años. Para llevar a cabo una investigación no tuve más remedio que contratar a vigilantes y patrulleros que no estuvieran relacionados con el resto de sargentos, y uno de los hombres que un amigo de Middenland me envió para tal investigación fue un muchacho joven. El muchacho nunca apareció en el lugar indicado ni supe jamás de él, y creo que fue contaminado por la situación que por entonces reinaba, convirtiendose en poco más que un cuatrero mutado.

El rubio caballero miró a Adelfbert hablando directamente con el.

-No sé porque buscas a ese engendro, Adelfbert, pero es mi exclusiva responsabilidad encontrarle y acabar con él. No sólo por que posiblemente sea el muchacho que yo traje aqui hace cinco años, sino por que la Orden para la que trabajo, el Oso Negro, perdió uno de sus miembros hace poco, y por la carta que me enviaron desde el cuartel de la Orden, todo concuerda con que tal engendro fue el culpable.


En ese instante, Amelia paró la conversación en seco, añadiendo un nuevo dato que el viejo escudero podria aprovechar:

-Alan, no te precipites. Aquel engendro no es sanguinario, y nunca antes habia acabado con la vida de una persona. Además, hable con el sacristan del pueblo, y parece ser que el caballero que habia muerto fue encontrado por un leñador, pero en mitad de un camino y no entre los bosques, que es donde creemos que el engendro merodea y duerme.

El caso a tratar era, cuanto menos, extrafalario. Por una parte, todo aseguraba que aquel monstruo habia matado a Hans, pero si la hipotesis de Amelia era cierta, aquel ser solo mataba para alimentarse, y nunca atacaba a humanos que pudieran hacerle daño.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Nirkhuz »

Las cosas no se desarrollaban como Adelfbert creia. Creia que Amelia tendría miedo, y que el comecabras sería el asesino. No se imaginaba que la viejecita fuera tan fuerte, ni que el monstruo antaño fuera un humano, y al parecer, nada sanguinario. Cuando Alan habló sobre Hans, el viejo escudero vió su oportunidad para revelar su identidad, que hasta entonces no había revelado a nadie. Pero antes tenía que decir otras cosas.

Adelfbert
Vaya, impresionante historia. Yo mismo he visto lo que se puede corromper un hombre, y no solo de pensamiento.dijo el escudero, pensando. Pero, si el comecabras es ese antiguo...¿cuatrero, dijisteis?...¿por que ha vuelto a este pueblo y no hace daño a nadie? Una vez respondido, se volvió al caballero.-¿Buscais al asesino de un caballero del Oso Negro, dijisteis? ¿Ese caballero no será por un casual Hans Gutterford, verdad? Si la respuesta era afirmativa, de lo cual Adelfbert estaba casi seguro, seguiria con esto Es que, aunque cueste creer, soy - Adelfbert paró un poco... era su escudero. Tengo ordenes expresas del Gran Maestre Manuel Vold de encontrar al asesino, y llevar su cabeza a la casa capitular. Si lo consigo, ingresaré en la Orden... y algo más importante, habré vengado a Hans Aunque no lo sabia, el escudero estaba soltando lagrimas por sus viejos ojos.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

El escudero se habia mostrado sincero ante los presentes en la casa de Amelia. Ésta, asombrada por la noticia, guardó silencio. Pero Alan optó por quitarle hierro al asunto.


Alan Friedsgoth

-Si, Hans Gutterford... Asi que tu eras el escudero... En la carta hablaban de ti, me dijeron que tal vez te encontraria por la zona. Lo que no me esperaba era tu edad. Siento si me parezco maleducado, pero ¿no eres un poco mayor para esto? Quiero decir, que la vida de un caballero del Oso Negro no es fácil, ganarás dinero pero estarás bajo riesgo las venticuatro horas del dia, sin descanso.


El caballero de la barba trenzada reposó, inspeccionando a Adelfbert de arriba a abajo.

-Por lo que ha dicho Amelia, hay posibilidades de que el engendro no sea el responsable, pero sea como sea, es mi deber buscarlo y acabar con él. No te voy a pedir que me acompañes, y para serte sincero, ni siquiera conoci a Hans, asi que esto no tiene nada de personal para mi. Pero si quieres acompañarme, no te rechazaré.

Tras ésto, Amelia rebuscó entre unas cajas viejas, y tras dar con unas extrañas alubias de color rojizo, se las entregó a Alan, despues de preguntarle si era lo que estaba buscando, y contestarle el caballero afirmativamente. Alan abrazó a Amelia, y se despidió de ella tras acabar la bebida que ésta habia preparado. Antes de marchar, se quedó mirando a Adelfbert. Alan dudaba de que el viejo Adelfbert pudiera ser de ayuda, y mucho menos de que tuviera la habilidad para entrar en la Orden. Pero tras todos los sucesos que habia visto, no le negaría el beneficio de la duda a nadie.
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Re: Cazador de Monstruos

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Ya salía otra vez. Todo el mundo igual. Pero bueno, era lo normal. No era normal un escudero de su edad. Así que se dispuso a responder.

Adelfbert

Sí, mi edad es rara para un escudero. Pero no es ningún impedimento. Llevo toda la vida trabajando duro, y defendiendo lo que eran mis escasas tierras. Y ahora, la vida de caballero no es tan diferente. Andar y luchar... Y Hans me enseñó bastante bien. Además, no tengo otra cosa...

Tras la pregunta del caballero, Hans se sintió confuso... Era su hermano de Orden (o lo sería), y quizás necesitara su ayuda. Pero era un tema que no tenía nada que ver con él. Si el monstruo no había matada a Hans, esto solo sería un obstaculo en su misión. Pero claro, poner a Ser Friedsgoth de su lado para la busqueda de Hans podía ser muy útil.

Adelfbert

Ser Friedsgoth, será un honor acompañarle en la caza. Usted será mi futuro hermano de armas, Ulric lo quiera así, y debo lucha ra su lado. Además, esto me acercará un paso más para descubrir al asesino de Hans...digo, Ser Gutterford.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

La vida estaba llena de casualidades, y que Adelfbert hubiera encontrado a Alan en la casa de Amelia era un buen ejemplo de ello. Todo parecia indicar que la suerte le sonreia, pues no solo habia encontrado un compañero de su causa que le ayudaria a finalizar su trabajo, sino que habia conseguido atrapar pistas más que interesantes acerca de los misterios de Agbeiten. Sin embargo, los designios divinos son más caprichosos de lo que jamás los hombres podrán entender, y el viejo escudero pronto lo sentiria en sus carnes.

Alan y Adelfbert se despidieron de su anfitriona, y se prepararon para marchar prestos en sus caballos. Alan estaba más que extrañado de su recién adquirida compañía, pero no le espantaria.

Alan Friedsgoth

-Dime Adelfbert ¿por qué quieres ordenarte en el Oso Negro? Hay cientos de cosas que puedes hacer, menos arriesgadas. Puedes trabajar en la fábrica de hierro de la capital, donde ahora que hay tantas huelgas y piquetes, siempre se necesitan manos nuevas. O podrias dedicarte al cuidado de animales en las granjas del Norte, ahi también requieren personas.


El camino hasta los bosques donde el engendro fue visto por última vez era directo, y ambos jinetes no tardarían mucho en hallarlo. El dia caia pesadamente entre las lejanas praderas de la provincia, y cada vez era más frecuente encontrar árboles, como preludio al enorme bosque de Loningbruck que estaba por llegar más pronto que tarde.

El caballero Alan siguio haciendo preguntas a Adelfbert, para ver que clase de hombre era. El Oso Negro solo escogia verdaderos valientes, y quien no cumplia tales requisitos no tardaba en encontrar la muerte en alguna de las estúpidas misiones que los ebrios lideres de la orden se empeñaban en mandar. Alan aun recordaba la última misión, cuan horrible fue...
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Re: Cazador de Monstruos

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Al escudero le venía muy bien la compañía. No se había dado cuent,a pero desde que Hans no estaba, se estaba volviendo muy agrio. Tanto viajar solo no debía ser sano, No Señor. Adelfbert se sintió algo feliz, y no le importó desvelar algunos detalles de su vida.

Adelfbert
¿Por qué deseo ser caballero? Bueno, pues la respuesta es bastante fácil. Yo vivía en un pequeño pueblo al este, y creo que no tenia ni nombre. Era granjero, pero me tocaba hacer de todo, desde luchar contra los escasos animales que tenñian demasiada hambre y atacaban el pueblo hasta hacer de juez. A mi familia se la llevo toda Morr. Mi hijo se cayó por una zanja con 10 años y se partió el cuello. Mi mujer murió de fiebres. Y mis padres llevaban mucho tiempo muertos caundo me casé.
El escudero no daba señales de dolor. Estaba acostumbrado a su vida, a sus hechos. No podía cambiarlos asi que...¿para que preocuparse?Cierto día unos asqueroros pielesverdes atacaron mi pueblo, y lo dí todo por perdido. Organicé una pequeña defensa pero casi fué inutil, hasta que Ulric mandó a Hans para ayudarnos. Con su ayuda conseguimos repeler a esos goblinoides. Pero no quedaba nada. Todos emigramos hacia la capital, y mis vecinos se fueron quedando en pueblos y demás. Hans vió que no tenía a nadie, y que me sabía defender. Así que me hizo su escudero. Yo solo quiero ser caballero para hacer cosas como esas, ¿sabe? Ayudar a la gente, destruir a nuestros enemigos...Además, no me queda nada más en el mundo, y no tengo la intención de ponerme otra ve a trabajar para apenas ganar dinero y morir pobre y solo. Prefiero morir con una espada en la mano. El escudero hizo la señal del Lobo, la marda de Ultic que había aprendido en sus meses en Middenheim- Y si puede ser, con buena compañia. Dijo el escudero sonriendo al caballero.

Al recibir su respuesta, Adelfbert, picado por la curiosidad, volvió a preguntar.

Adelfbert
Y, si no es mucha indiscrección...¿por qué se hizo usted caballero, Ser Friedsgoth?



FDI: Saratai, tengo que decirte que en toda está semana que viene (de Sabado a Viernes) no voy a poder conectarme, ya que estaré en Italia. :mrgreen: Que no te extraño si me mantengo extrañamente callado :lol:
¡Suerte!
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

Alan Friedsgoth

El caballero escuchó con atención las palabras del viejo jinete. Poco le quedaba de escudero, y ya se iba perfilando como un caballero.

Al menos tiene motivación...

-Una historia triste, pero me alegra que lo hayas superado. En cuanto a tu muerte, no te preocupes, estoy seguro que será con una espada en la mano.

Alan rio secamente durante unos instantes. No se estaba burlando de aquel hombre, al cual respetaba. Sin embargo, la gran cantidad de muertes que habia presenciado a lo largo de su vida en aquel cruel mundo habian minado sus gestos y maneras.

-Y, si no es mucha indiscrección...¿por qué se hizo usted caballero, Ser Friedsgoth?-
dijo entonces Adelfbert

-Es mucha indiscrección, Adelfbert,- respondió Alan, que tras recapacitarlo unos instantes rectificó sus palabras -pero ya que vamos a estar un tiempo juntos, te resumiré mi historia. Cuando la guerra terminó no podia volver a mi anterior trabajo en la capital, por razones que no vienen al caso, asi que le pedi a un buen amigo con el que luche codo con codo en la guerra del Norte que me recomendara para la Orden.

Tras unos minutos de trote, Alan volvió a expresar su opinión al respecto de las virtudes del caballero:

-Para mi esto es solo un trabajo, que se paga mejor que ser el escolta de algun orondo mercader. Si quieres buscar en mi un ejemplo de caballeria, sera mejor que te replantees la idea.

Ambos jinetes cabalgaron y charlaron todo el trayecto hasta los bosques de Loningbruck. Era un camino largo y tedioso, con caserios cada varios kilometros. El sol ya habia pasado por sus mejores momentos, y poco a poco se dirigia sin remedio hasta el horizonte, donde moriria aplastado por la caida. Iba entrando el hambre, cuando a lo lejos vieron una granja y los primeros árboles, señal de que habian llegado a la zona boscosa.

-Adelfbert, a partir de aqui mantén los ojos muy abiertos, pues este es coto de caza de ese ser. Vayamos a esa granja y compremos algo para comer. Después nos encargaremos de rastrear la zona.


No habian llegado ni a la valla de la granja, cuando oyeron unos gruñidos quedos. Tras mirar alrededor, encontraron un guiñapo rojo y naranja apoyado en la valla. En aquel lugar, un extrafalario enano semidesnudo y pintado yacia tirado, herida la cara y ensangrentada la pierna. A juzgar por el rastro de alrededor se habia arrastrado por el suelo hasta llegar a la valla, pero no parecia en condiciones de comunicarse o andar, dadas sus heridas.


FDI: Pasa buen viaje en Italia, y no te pierdas demasiado con las romanas... ^^
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Mensaje por Nirkhuz »

La breve historia de Alan le hizo relajar un poco las maneras. Se tomaba la Orden como un trabajo más...Bueno, era libre de hacerlo. Cada hombre tiene una forma de ser, como decía la abuela del antiguo granjero. ¿Era competencia de Adelfbert el juzgarle? No, ni nada cercano. Después de la charla informal sobre temas vanales, el caballero le recomendó cuidado. Adelfbert sujetó su espada con firmeza. En cualquier momento ese monstruo, su posible entrada a la Orden, aparecería desde las sombras. Pero no era violento por naturaleza, según Amelia. Debería mantenerse muy alerta. Al sugerir un sitio donde parar, el escudero sintió un gran alivio. El mundo estaba siendo muy tenso en esos momentos, y un descanso no vendría mal...
Pero todo se torció. Un enano, o eso parecía, estaba sangrantemente apoyado en una valla. El caballero no había visto nada parecido nunca. Pero al momento sabía que era. Su aspecto le había sido narrado por un juglar que fué a su pueblo hace años, y al parecer Hans se había encontrado en toda su vida con uno o dos. En sus viajes por el Imperio nunca vió uno. Pero ahí estaba. Uno de esos enanos locos que nombraban en las leyendas. Los que buscaban su muerte, y llevarse a todos por el delante de camino. No supo que hacer, pero el espiritu simple, siempre solidario, del aspirante a caballero le hicieron acercarse a trote.

Adelfbert

¿Amigo? ¿Amigo? ¿Que te ha pasado? ¿Puedes caminar? Adelfbert no iba a hacer la típica pregunta 'te encuetras bien' ya que evidentemente NO era así. Alan, es uno de esos enanos fanáticos. Los masacradores, o algo así. ¡Creo que necesita ayuda! ¡Amigo, amigo! ¡Responde!

FDI: Gracias, gracias. La verdad es que ha estado muy bien. Esos tileanos son más parecidos a nosotros de los que mucha gente cree... :mrgreen:
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

21 von Brauzeit, 2527. Granjas de Ensdorf (Territorio de Agbeiten).

Aun habia luz del astro rey, pero el frio comenzaba a notarse. El otoño precedia a las duras nieves, y los vientos soplaban con fuerza para que a nadie se le olvidara recolectar suficiente alimento para el largo invierno.

Mientras, Adelfbert le preguntaba al manojo de carne supurante y hueso que antes podia haber sido llamado enano.

Cadaver Potencial

-Jijiji (cough cough)-
El moribundo tosió sangre, pero consiguio mantener la compostura durante unos segundos para hablar:-No noto los pies, y no los veo muy bien ¿Me podeis rascar las rodillas?

Alan sacó algo de beber, pero cuando fue a darselas al enano, este habia perdido la consciencia. Era una situación desafortunada: Si Alan o Adelfbert hubieran tenido algun conocimiento de primeros auxilios, algo podrian haber hecho. Pero sólo sabian que la respiración del moribundo era débil y parecia obstruida, y que metiendo un palo dentro del pecho no iban a arreglar mucho.

Alan Friedsgoth

-A este le quedan menos de dos periodicos, vamonos de aqui.


Adelfbert, que estaba cerca del enano, vislumbró el arma del pobre diablo, que ahora yacia con Morr. Era un hacha de manufactura sencilla pero maciza, de cabeza hancha. Una inscripción con simbolos incomprensibles para la limitada cultura de ambos caballeros aparecia a dos pulgadas del filo. El arma mostraba signos de haber sido usada recientemente para cortar algo más que madera, con trozos de piel quitinosos que..

El viejo aspirante a caballero tuvo que hacerse para atrás del olor, pues un denso tufo a alquitrán el inundó las fosas nasales. Era nausabundo, y hasta su caballo Malaspulgas relincho con desagrado. Al tiempo, Alan pegó un ligero trote hasta el camino que llevaba a la casa de la granja, y dió una voz a Adelfbert. Alli, tiradas en el camino se encontraban los restos machacados de dos cabras. Mas no como lo haria un lobo, pues la carne estaba machacada y no desgarrada, y la piel no habia sido arrancada. La pulpa del craneo de los animales habia salido reventada, y parecia que el depredador lo hubiera lamido por los suelos. Tres cuervos se daban un festín con los restos, y trece moscas por cada uno de los pájaros volaba por los alrededores. Alan tuvo que hechar mano a la boca, pues fuertes arcadas recorrieron su esofago.

Sonriendo, Alan miró a su compañero ya entrado en años: -Parece que vamos por buen camino, Adelfbert. Oh, disculpame- concluyó antes de hechar las pastas de la buena Amelia por la pradera de Ensdorf.

Toda la escena era cuanto menos extraña. Sobre todo teniendo en cuenta el cadáver del enano, que parecia haber recibido golpes ordinarios y corrientes, con algun tipo de arma afilada. A lo lejos, más arboles y menos granjas se hacian ver en el horizonte.


FDI: Que asquito de escena. Sin embargo, para un curtido averlandés, la escena de cabras descompuestas y enanos yendose al garete no le van a quitar el sueño. 06 para soportar la locura, y no ganas punto alguno.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Nirkhuz »

Ese olor...Ese olor...Oh, Ulric, que asqueroso era. Adelfbert, en sus años de granjero, había olido cosas horribles...pero esto...esto se llevaba la palma. Tenía el dulzón toque de muerte, pero además, olía como a leche agría y a heces de muchos animales juntos. Aun así, el escudero respiro hondo y aguantó. No iba a vomitar cual niño, ¡claro que no! Pero le costó mucho resistir lo que vió...

El enano estaba destrozado, y expiró (o eso parecia) en los brazos del escudero. Mantenía su hacha cerca, pero Adelfbert la cogió con facilidad. La factura era buena, y quizás podría llegar a utilizarla, o legarsela a algún familiar del enano. Pero lo mas duro no fué la visión del enano muerto. Si no los animales. Destrozados. Parecía que un demente los hubiera matado. ¿Que animal los destrozaria así?¿Que animal partiria el craneo? ¿Que animal tendría la fuerza de hacerlo? ¿Un oso? Por la experiencia de Adelfbert, los osos no partían los craneos de sus victimas...los devoraban, y ya está.

Esto era muy raro. Todo. Adelfbert se negaba a sentir miedo, pero no podía evitar estar tremendamente incomodo. Asió el hacha del enano con ambas manos. Joder, era pesada. Seguramente no la usaria con eficacia. Pero quizás sirviera de advertencia para cualquier merodeador de caminos.

Después de todo lo visto, el caracter del escudero se volvió bastante negro y agrio.

Adelfbert
Vamos, Alan. Acabemos con...eso cuanto antes. Lo que está haciendo es horrible. Ya no mata solo animales. Ha matado a un enano. Los enanos no son humanos, vale, pero piensan. No debemos permitir que mate a seres con mente. Ese ser merece morir.


Incoscientemente, el caballero hechó una ultima mirada al dantesco espectaculo. Se arrepintió mucho.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Saratai »

21 von Brauzeit, 2527. Rivera del Rio Reik.

Los dos caballeros arrearon a las bestias y cabalgaron por los campos en busca de más huellas que pudieran dar con él. Rodearon el bosque, pues adentrarse entre los luengos árboles seria más que peligroso para las patas de los animales.

No habia pasado ni media hora de rodeo, cuando en el camino que llevaba a Tandern encontraron una ligera nube de humo. Curiosos, por si consistia en alguna pista, se acercaron trotando al origen de la humareda, cercana al curso del Reik. Cual fue su sopresa al ver que en el punto de la humareda, se alzaban dos mastiles de dos metros cada uno, con cadaveres ahorcados en ellos en un estado de calcinación excesivamente avanzado. Aun se olia la carne, el metal y la grasa cocida en brutal mezcla. Demasiado hecha, por cierto.

Alan Friedsgoth

¿Brujeria, aqui? No puede ser, hace muchos años que no se ven malas artes en esta parte de la provincia...


Sin embargo, al acercarse un poco más, se podian observar alabardas destrozadas a los pies de lo que tuvo que ser una gran fogata. Lo que alli se habian quemado eran guardias armados.

-Al parecer, las revueltas están combulsionando esta tierra más de lo que jamás imagine. Una cosa es tirar huevos podridos a las casetas, y otra distinta quemar a los soldados de dentro.

A pesar de que no habian encontrado huellas de ningún monstruo, lo que ambos jinetes pudieron ver claramente fueron señales de que un grupo de hombres habia acampado alli la noche anterior, a escasa distancia de los mastiles. Seguirlos podria dar pistas acerca de lo que alli habia ocurrido, pero les alejaria del bosque. Además, tambien estaba la posibilidad de que aquellos hombres fueran bandidos o incluso quienes habian quemado a los guardias. Fuera como fuera, la decisión era complicada, y Alan queria saber la opinión de Adelfbert.

-¿Qué te dice tu instinto de anciano, Adelfbert? ¿Seguimos el camino a ver si encontramos a esos hombres, o volvemos a repasar la linde del bosque en busca de rastros?




FDI: El momento critico ha llegado. Adelfbert, has sacado un 06 en Voluntad, y los cadáveres quemados no te dan más asco que una cerda amamantando.

Ahora tienes que elegir, si seguir los rastos de quien demonios acampo tan cerca de unos cadaveres, o volver a la linde directamente, en busca de tan peligroso engendro.
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Re: Cazador de Monstruos

Mensaje por Nirkhuz »

Esto era espantoso. Cuerpos de guardias, de personas, colgados e incinerados. ¡Y por otros humanos! Ser Friedsgoth decía que era debido a causa del odio de los campesinos por los guardias, de las revueltas, o algo así. ¿Revueltas? Adelfbert sabía a que se refería, pero en su vida de campesino nunca había pensado en tal cosa. Los guardias eran personas respetables, ¿No? Guardaban las leyes, y hacian que se cumplieran, ¿o no era así?. La simplicidad de la vida de Adelfbert nunca lo habían llevado a atentar contra la Ley estatal, así qeu apenas conocía a los guardias como gente que se sabía los caminos en las ciudades. Matarlos, y encima de esa manera, era tan...Cruel...
Cuando vieron las huellas del campamento, y ante la pregunta de Alan,Adelfbert supo lo que tenía que hacer.

Adelfbert

Alan, debemos ir a por esos hombres. Las huellas son recientes, al igual que el fuego de estos guardias. El monstruo puede esperar. El chupacabras, o como se llame, aún no ha matado a nadie, que sepamos. Estos hombres ya han matado a dos guardias, y quien sabe si al enano que antes encontramos. Tenia heridas bastante humanas, aunque lo de las cabras...agh...
El escudero se permitió un rato para pensar. Alan, esos hombres son criminales. El chupacabras, aunque sea una abominación, solo ha matado ovejas y demás ganado. En mi opinión, debemos ir a por ellos. Y, quien sabe, quizás incluso nos den alguna pista... Tras un segundo, el escudero meditó en lo dicho. Eso sí, Alan, no vayamos espada en mano. Quizás podamos razonar con ellos...o pillarles por sorpresa.


EDIT DEL MASTER: La historia de Adelfbert continua en ''Mannricht III: ¡Revolución!'', en la pagina 5.
Con D de Dados: Rol, wargames y demás chorradas.
Cerrado

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