Viajero Stirlandés I: La desaparición de Ariel

Partida dirigida por Saratai.

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Heldenhammer
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Pieter Azhelhof

QUIETO!!!!


Me interpongo anteel desgraciado que intenta huir, no sabe lo que está haciendo... mejor habría sido que colaborase... e intento golpearlo en los pies, sólo para que pierda el equilibrio y caiga al suelo.
Si ha funcionado, sacaré mi martillo de la sabana aceitada que lo protege, colgando de mi cinto... y lo demás...


FDI: Haré un ataque total... Sigmar ayudame
Entonces te veré en el claro, al final de la senda.
Saratai
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Mensaje por Saratai »

El pobre hombre cae al suelo asustado. Empieza a llorar profundamente. Al cerrar los ojos, la imagen de la herida del cadaver se presenta ante ti, como si fuera un flash en tu cabeza. En ese mismo instante, la puerta del templo se abre.
Parece que alguien ha entrado en el templo...


FDI:Las heridas del cadaver no son normales. Al principio no notais nada, pero instantes mas tarde no parais de obsesionaros con ellas. Habeis ganado un punto de locura
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Van Hoffman
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Heinz Stolzer

Cuando la puerta del templo se abre, una fría brisa entra en la estancia. Una figura alta avanza hacia las escalinatas que llevan al piso superior, ignorando a los mendigos que piden limosnas desde el suelo. El recien llegado es una oscura figura, cuyo rostro está oculto por un sombrero de ala ancha al más puro estilo estaliano. De su espalda cuelga una ballesta y en su cinto pende una espada. Cuando llega al piso superior, se sorprende. Un hombre en el suelo, otro en una especie de mesa, tres hombres armados, dos mendigos y algien parecido a un sacerdote.
"Sagrado Sigmar, esto parece una obra de teatro" Piensa Heinz.

- ¿Es alguno de ustedes el padre Julius? Me envia Ivein. Creo que necesitan mi ayuda.
Última edición por Van Hoffman el 06 Feb 2008, 16:38, editado 1 vez en total.
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Heldenhammer
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Pieter Azhelhof

Un hombre entra en la estancia... no hay tiempo, saco el martillo de su trapo aceitado y con la mano izquierda obligo a incorporarse al hombre tendido en el suelo, lo empujo al interior de la estancia

- Nadie va a salir de aquí hasta que esto no se aclare en nombre de Sigmar... y quien demonios eres tú!

Digo girandome sobre los talones para observar al recién llegado... por mí que podría ser un asesino enviado a acabar con los testigos del asesinato...

Miro a mis compañeros ahora a mi espalda buscando su apoyo, y miro de nuevo al desgraciado que intentaba huir... hablará, por Sigmar que hablará...
Entonces te veré en el claro, al final de la senda.
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Mensaje por valafor »

Fabian Dormund

¡Basta!
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Helien parece compartir la postura de Pieter.
-Ninguno de estos desgraciados deberia salir de aqui sin contar todo lo que sabe

Sin embargo el sacerdote no parece dispuesto a la violencia en su templo:
-Deponed las armas inmediatamente, no dejare que mancilleis con las armas esta sala!
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Heinz Stolzer

- Tranquilo padre, no vengo a matar a nadie. Mi nombre es Franz Miller, y vengo de parte de Ivein. Me dijo que podía ayudarle, a cambio de que luego usted me ayude a mi...

Miro de reojo a los tres guardias, bajo la sombra de mi sombrero.
"No se fían de mi. Bien. Demuestra que son sensatos."
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Pieter Azhelhof

No es momento de perder los nervios...

Cuelgo de mi cinto el martillo de nuevo, pero fuera de la tela aceitada, la imagen de la herida no desaparece de mi retina, y aún intentado evitarlo, los ojos vuelven a ella constantemente

- Disculpeme padre, no quería mancillar el templo

Aunque se trate de un templo ya mancillado por asquerosos mutantes...

- Tiene que entender que si queremos encontrar a todos los niños desaparecidos, tenemos que aprovehar cualquier línea de la investigación... es importante descubrirpor qué murió este hombre... quién lo mató...

La herida está abierta... y me llama... pero...

- Vamos hombres!! Los dioses os observan!

Les digo a los tres aterrorizados hombres

- Sed fieles a ellos, ayudadnos a encontrar a esos niños... no os puedo prometer la protección de la guardia, pero os prometo la protección de mi martillo y un hueco al lado de Sigmar como hombres de su imperio!!


FDI: Uso carisma para tratar de convencer a los hombres de que nos ayuden con la investigación, sólo quiero la información... y rezo a Sigmar para que nos la den...
Entonces te veré en el claro, al final de la senda.
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Mensaje por valafor »

Fabian Dormund

La recta mentalidad del guardia no estaba preparada para todo aquello. Es más, se resistía por todos los medios a estarlo. Abuso, insubordinación… Cualquier cosa que atentara contra el orden establecido era susceptible al rechazo del averlandés y más, si todo ello, venía precedido por la esencia de la destrucción: la arbitrariedad. Las grandes desgracias siempre eran antecedidas por la algarabía y el descontrol. Justo como estaba ocurriendo en aquel preciso momento, ante sus narices. Y es que aquello sí que era verdadero caos… y no el de los sigmaritas.

“¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!”

Desde que salió de la comisaría, después de charlar con el impresentable de su jefe, había notado que la situación se estaba saliendo de madre. No lo podía permitir por más tiempo. Era su ciudad y su responsabilidad. Una desaparición era algo muy serio que debía ser tratado con toda la diligencia posible y la forma como estaban avanzando los acontecimientos atentaba directamente contra dicho valor. Además, ahora se sumaba un asesinato.

“¡Silencio!”

No, no lo podía permitir por más tiempo. Todo aquello se le estaba escapando de las manos, incluso sus propios impulsos parecían desbocarse. Y encima, después estaban esas marcas; esas horripilantes marcas. Precisaba orden urgentemente. Lo necesitaba, tanto para el caso como para su salud mental.

“Helien, Azhelhof… ahora sí que tenemos que hablar. En privado. Ya. En cuanto a los demás – el averlandés miró a todos y cada uno de los ocupantes de la sala, incluido al recién llegado-, esperad aquí.”

El guardia miró con severidad a los mendigos, llevándose una mano a la empuñadura de la espada.

“Y pobre de aquel que ose moverse.”

Fabian salió de la habitación y esperó a sus dos compañeros.
Última edición por valafor el 07 Feb 2008, 16:01, editado 1 vez en total.
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Pieter Azhelhof

Salgo tras Fabian, no sin antes echar una ojeada al interior de la sala... los mendigos estaban aterrorizados... y ese tal Miller...

Espero fuera junto a Fabian a que Helien salga con nosotros, hay mucho que hablar, mucho que solucionar... esto se nos puede ir de las manos si no lo tratamos con cuidado... el desgraciado de ahí dentro, no había sido asesinado por hombres... esa idea cada vez tomaba más fuerza en mi mente... y eso... eso era preocupante, que Sigmar nos guíe en esta hora tan oscura...
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Mensaje por Saratai »

Helien os sigue para poder hablar lejos de oidos indiscretos pero en el momento cuando os dirijis a la salida, uno de los testigos se levanta
''-Ert habia bebido mucho aquella noche. Nosotros no tratabamos demasiado con él, pues era un hombre inquieto que siempre estaba haciendo algo, sobre todo si tenia que ver con la cerveza. Estariamos cenando nosotros tres en la puerta con un amigo que no duerme aqui en el templo cuando el viejo de Ert vino borracho perdido, contandonos que una mujer guapisima se habia interesado en él. Nosotros nos reimos del pobre viejo mientras él buscaba un peine para arreglarse, pues decia que habia quedado con ella en los jardines del templo. Curiosos, lo seguimos cuando salió para ver que se traia entre manos. Llovia a cántaros cuando vimos como una mujer de poca estatura, con el pelo negro como el azabache se acercaba a el y le daba un beso. Los cuatro nos quedamos perplejos, pensamos que seria una ramera que Ert habria contratado, pues era muy joven y no pintaba nada con un viejo podrido y pobre como el era.''

El testigo para un segundo para tomar aire, mira a sus asustados compañeros y prosigue:
''-Pero hay vino lo peor, Ert parecia como si quisiera soltarse, y lo consiguio. Empezó a huir, pero la mujer era antinaturalmente rápida. Le dio caza en un instante, y comenzó a acuchillarle una y otra vez, mientras se reia a carcajadas. No era alguien normal. Nuestro amigo intento ayudar al pobre viejo, pero nosotros salimos corriendo de vuelta al templo. Si, ya se que somos unos cobardes, pero no pudimos hacer otra cosa. No hemos vuelto a ver a nuestro amigo desde entonces, y cuando el padre Julius encontró el cadáver empezamos a aterrorizarnos. Tenemos miedo de que esa mujer venga a por nosotros por haberla visto matar a Ert.''

Justo cuando el hombre acaba, el más joven de los tres interrumpe:
''-Eso no es todo. Yo vine a este templo hace poco porque no tenía donde dormir. Al principio se estaba bien, pero poco a poco venia mas gente. Y entre esa gente habian personas extrañas. A estas alturas el templo se ha llenado de gente extrañi...''
El padre Julius le corta en seco
''-Puede que tengamos cierto problema, pero no puedo juzgar a nadie por un comportamiento extravagante. Es cierto que tengo sospechas de movimientos anómalos, pero eso no quiere decir nada, de momento.''
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Mensaje por Van Hoffman »

Después de oir la explicación del mendigo, Heinz frunce el ceño, e ignorando a los presentes, se acererca a la mesa donde está el cadáver de Ert. Con sangre fría, quita la sabana que cubría el cuerpo... y entonces la ve.

Sus ojos se injectan en sangre. Sus sienes se inchan. Sus puños se cierran. Poco a poco, se aparta del cadáver.

"Karl..." susurra.
La imágen de su amigo paralizado frente a la criatura vuelve a sus ojos.

Heinz se da la vuelta y mira a los mendigos. Con los ojos rebosantes de una mezcla de odio y tristeza, se abalanza sobre el más cercano y agarrandolo por la camisa, lo levanta del suelo.

- ¿¡DONDE ESTÁ!? ¿¡DONDE ESTÁ ESA MUJER!?
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Mensaje por valafor »

Fabian Dortmund

“¡Y sigue sin haber manera!”

Las palabras del mendigo hicieron que Fabian se girara al acto, dispuesto a repartir disciplina de una vez por todas. No obstante, los extraños hechos que relataba el sujeto y la imprevista y violenta reacción que estos produjeron sobre el recién llegado le hicieron contenerse. La sombra de la duda empezaba a dibujarse en los ojos del averlandés. Quizás todo aquello no era una estúpida pantomima, como bien parecía desde el principio. El guardia sacó el resto y haciendo acopio de la poca templanza que le quedaba, se dirigió a los mendigos.

“Muy bien, suficiente. Vosotros tres, a comisaría. Si queréis seguridad, allí la tendréis.”

Fabian colocó su mano derecha sobre el puño cerrado del recién llegado y lo empujó lentamente hacia abajo, buscando así la liberación del mendigo. Después, cuando creyó que el hombre había recuperado algo la compostura, su rostro se encaró hacia el sacerdote.

“Enviaremos a algunos hombres para que patrullen por la zona. En cuanto al cadáver, espero que se haga responsable de todo. Alguien – en la cara del guardia se dibujo una ligera mueca de asco- lo deberá examinar con más calma.”

Entonces, Fabian buscó con la mirada a sus compañeros.

“Acompañemos a los testigos y sigamos con lo previsto. Va siendo hora de seguir con el caso.”
Última edición por valafor el 09 Feb 2008, 18:18, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Van Hoffman »

Al no obtener una respuesta del aterrorizado mendigo, Heinz lo arroja al suelo junto con los otros dos pordioseros. Mientras se calma, se acerca al sacerdote.

- Padre, debe deshacerse del cuerpo lo antes posible. Quemelo, entierrelo, abandonelo, pero no debe permanecer más tiempo en esta santa casa. Los hijos del Conde son muy poderosos, y no podemos arriesgarnos a una matanza.

Heinz se da la vuelta y se encara con el líder de los vigilantes.

- Os acompaño. Esta situación no puede durar mucho tiempo. Tenemos que detener al enemigo, o si no, que Sigmar se apiade de nuestras almas...
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Mensaje por valafor »

Fabian Dortmund

“¿Conde? ¿Qué Conde?”

Todo aquello cada vez era más extraño, pero Fabian no podía flaquear por culpa de las dudas. Debía sacar adelante la investigación, por muy enmarañada que se presentara la situación.

“Vamos entonces.”
Cerrado

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