Presentacion de usuarios en relato (seguid vosotros)

Según se abre la puerta, el ambiente está cargado y lleno de gente, que atiborra la barra. Seguro que costará llegar hasta ella, pero una vez allí, una buena invitación y una historia convincente, servirán para darse a conocer.

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Kharan
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Presentacion de usuarios en relato (seguid vosotros)

Mensaje por Kharan »

Entras en ña taberna y ves al dueño tras la barra: Un hombre corpulento de unos 50 años, con el pelo castaño y rizado, lleva un delantal de cuero bastante sucio, al igual que la camisa que lleva puesta y arremangada (la cual parece fue blanca en su dia, hoy casi marron). Te sientas en un taburete y pides una jarra de cerveza Bugman XXXXX. Mientras te la sirve te fijas que sus velludos brazos muestran horribles cicatries. Luego le miras a la cara y miras fijamente el ojo de sucio cristal que port en la cuenca dereha. De repente le olles hablar:

- Sed bienvenido a esta taberna, mis feligreses. Aqui hablaremos sobre nuestro oscuro mundo y los peligros que nos acechan... ya sabeis que estamos en el año 2522 de nuestro señor Sigmar y acabamos de pasar por la mil veces maldita tormenta del caos que llevo a cabo Archaon (Que su alma sea torturada eternamente y nunca llegue a pisar la tierra de Morr).
"Tened cuiddo, pues los peligros esperan en cada esquina, en cada sombra del camino -ves omo señala su ojo dereho-. No os fieis de nadie pues hasta aquel que parece que daria su vida por nosotros, nos clavará un puñal mientras dormimos."


Tras una breve conversaion con el hombre de la barra te acercas a una mesa. En ella ves a un hombre calvo, tiene la mirada perdida, on la abeza apollada sobre los puños y una jarra de madera en frente suya. Segun avanzas hacia él, ves que lo que origino la alva, es una gran cicatriz que le llega por todo el craneo, un pequeño aro de hierro adorna su frente y un pequeño amuleto on forma de martillo adorna su robusto cuello. Cuando estas a su lado te empieza a hablar:

- Saludos Hermano, mi nombre es Kharan, y soy el sacerdote de este lugar. Mi tarea es portar por el imperio la palabra de Sigmar y preservar el orden, condenar la herejia y purgar al caos.
"Ten cuidado, el camino del caos es tentador, pero solo te guia a tu destruccion. Mata a sus servidores con la furia del mismisimo Sigmar y no les dejes ni siquiera hablar, pues te contaminaran con su pudredumbre. Hasta la cosa mas hermosa puedeser producto del caos. reeme, ten cuidado, no quiero tener que ser yo quien te deba arranar la abezaq de un martillazo si llega el momento y la ocasion"

Tras esta breve conversaion te apartas de su mesa, con una leve sensaion de miedo en el cuerpo


...


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Brujo
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Mensaje por Brujo »

(Dios que raro que nadie haya contestado aqui,no?)

Este hombre, llamado Reifg, alto y fuerte, pero delgado, de pelo largo y negro como los ojos de un cuervo, liso y fino, de ojos entornados, como si advertiera a aquel que se le acercara; se acerco a la barra, todavia tocado por la conservasion con el sacerdote calvo.
-Cerveza

Dijo secamente, sin emocion, sin mas explicacion. En poco rato ya habia sido servida su cerveza.
Reifj pensaba en lo que fanaticamente le habia enseñado Kharan, seguidor de Sigmar.
No os fieis de nadie pues hasta aquel que parece que daria su vida por nosotros, nos clavará un puñal mientras dormimos
"Que cierto" pensaba Reifj para sus adentros, "Khaine hace mucho me mostro como actuar de ese modo, quizas pronto le enseñe a ese barrigudo como convertir su enseñanza en echo".

Sus pensamientos escaparon rapidamente de su cabeza como cucarachas que huyen de la luz, pues en ese momento entraba una persona por la puerta. Un extraño como todos los presentes....
Saratai
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Mensaje por Saratai »

... El hombre empapado por la lluvia que afuera arreciaba se adentro silenciosamente mientras observaba la estancia en la que reposaria, alejado de la fuerza de la noche. Su pelo grasiento y enmarañado era cubierto por una chaqueta de cuero roida tal vez por dias de viaje, a la vez que sus botas gastadas embarraban la puerta


Unos ojos azules, frios como el invierno que se acercaba, dominaban un rostro sucio que escrutaba la taberna mientras se ocultaban detras de una helada jarra de cerveza. El gordo tabernero estaba alegre al ver tantos clientes, seguro de que la pinta recien servida no seria la ultima de la jornada...
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William Tender
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Mensaje por William Tender »

Al poco rato, la puerta chirría de nuevo con un tono grave sobre sus bisagras, y en el marco se recorta una figura achaparrada, y robusta, de anchos hombros e imponentes brazos, cubierto por una pesada capa impermeable, al entrar se echa hacia atrás la capucha, dejando al descubierto su rostro severo, duro, de calidades casi pétreas. Cuelga la capa, y se sacude el agua restante del duerpo y la barba como lo haría un perro mojado. Se descuelga la mochila y saca de ella una linterna, que se dispone a limpiar de humedad y agua, mientras lo hace, agachado sobre su mochila, desvía miradas furibundas sobre su hombro, en busca de algún ladrón que le importune en su labor aprovechándose de su relativa indefensión. Mientras da la espalda a la parroquia, salta a la vista el enorme pico que cuelga de ella, que reluce como la plata, y cuyas intrincadas tallas revelan la mano de un artesano enano. Termina su trabajo y se incorpora con un ronco resolplido, y un largo suspiro cansado. Tras una breve mirada a la congregación, se dirige hacia la barra con paso firme, decidido y tosco. El tabernero mira al recién entrado enano de arriba abajo. Un intrincado casco con repisa para velas vacía es depositado sobre la barra, dejando al descibierto una larga melena rubia, de gruesos y grasientos mechones empapados por la lluvia. Sus cejas son gruesas, su nariz, ancha, pronunciada y de perfil duro. Más de la mitad del resto de su rostro queda oculta por un orgulloso bigote, y una poblada barba que le cubre hasta la mitad del torso. Viste un justillo de cuero tachonado sobre una chaleco acolchado de lana marrón, Guantes largos que le cubren hasta el codo, también de cuero con tachones de bronce. La parte de su brazo que queda al descubierto, luce unos poderosos bíceps, de piel enrojecida por el frío y el esfuerzo, rematados por un tatuaje que muestra un pico de minero sobre un rostro enano de barba bifurcada.
Sus pies están enfundados en pesadas botas de puntera reforzada de acero. Saca una bolsa de cuero y saca una reluciente moneda de oro con la efigie de Thorgrim Custodio de Agravios, y se la lanza al dueño.
-Tabernero, trae cerveza, y cerveza de verdad, no esa meada de cerdo aguada que bebéis por aquí, que te pago en oro enano.
-Una Bugman XXXXXX, maese enano?
El enano le mira con vago gesto respetuoso de sorpresa en la cara.
-Por hoy, con una XXXXX estará bien, gracias, y procura que mi jarra esté llena.
-Enseguida.
Rodegar Bokman se guardó su bolsa de dinero con una nueva mirada furibunda a la audiencia, y se dispuso a beber. y a fumar en una gruesa pipa de nogal, de elaboradísimas y bellas tallas. El humo se sumó al que inundaba el ambiente.
Mientras, tras la barra, el tabernero se frotó las manos con un brillo codicioso en la mirada y una ancha sonrisa en el rostro al guardarse el oro. Los malditos enanos bebían mucho y pagaban bien, siempre era así. Esa noche haría un buen negocio, y la noche aún estaba por comenzar.
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AdANegras
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Mensaje por AdANegras »

Cuando las puertas vuelven a ejercer su función, un hombre de unos 35 años aparece en la instancia. Su rubio cabello esta empapado por el agua de la fina lluvia que fuera ha empezado a brotar apenas hace unos instantes. Sus ojos azules agrisados muestran el cansancio de un viaje mayor de aquel que se pueda recorrer en vidas, y el peso de un edad que no le pertenece. La experiencia de la vida parece que le ha golpeado. Las cicatrices de su cara son pocas en comparación a todas las que podrían verse de no ser por las piezas de armadura desgastada que cubren su blanca piel.

- Un par de cervezas, por favor. - Dice practicamente sin revelar nada con su expresión - Y algo de comer. Cualquier cosa escepto salchichas, a no ser que sean picantes.

Coge las dos jarras, no sin antes dejar una corona de oro encima de la barra, para después sentarse en una mesa cercana a la del sacerdote. Siempre ha creído en Sigmar, y durante un tiempo el también llevó unas ropas y unas doctrinas iguales a las de su semejante sentado cerca de el.

- ¿Puedo ofreceros una, camarada?
"Sembramos la semilla de la duda, para recoger la cosecha de la sabiduría"
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Kharan
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Mensaje por Kharan »

Miras al hombre que te acaba de ofrecer la jarra, despues observas los posos que quedan en la jarra.
"Esta cosa que el llama cerbeza sabe peor que una meada, como venga alguien que se cabree, se va a armar una gorda. Y encima me esta invitando a otra... pr esa mierda de cortesia tengo que aceptarla... por sigmar, menuda nochecita voy a pasar"estos pensamientos nublan tu mente cuando el parroquiano insiste:
-¿Señor? ¿quereis otra?
-Si os place... -dices forzando costosamente una sonrisa, pero intentando que no se note... error, un dolor terrible empieza a surgir en tu estomago, entonces te replanteas si verdaderamente esta la cortesia por encima de tu bienestar...

Entonces te das cuenta de que ha dejado de llover. En teoria solo pasaron unos minutos desde que entraste, empezo a llover y entrara otro cliente... pero te han parecido meses...
Ademas, no sabes por que... pero con la lluvia cada vez aparecia mas gente. "Quizas sean como esas setas que cultivan los goblins en las montañas, que cuando llueve se multiplican. Parece mentira que en este rincon alejado de la mano de sigmar venga gente ¡Por todos los dioses, si hace nada estaba solo! bueno, da igual... a lo mejor puedo conseguir sacar algo de dinero aqui... todo sea por Sigmar"

El camarero te sirve la cerveza. "ojala se le caiga, se le derrame o le pase algo para no tener que bebermela" piensas. Pero no, parece que es la bugman que mejor ha servido desde que montara el bar. No se cae ni una sola gota.

-Tome -el hombre rubio lanza dos coronas al aire y el tabernero las agarra al vuelo, despues las muerde, pareces buenas.

De repente alguien choca con el hombre que se ha sentado a tu lado <<es>> entonces coges y, en medio de la pequeña confusion que se ha causado derramas toda la cerbeza que puedes al suelo. Luego intentas ayudar a tu interlocutor a levantarse del suelo. Al levantarse brindais y comienza a hablar.
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Leon XIII
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Mensaje por Leon XIII »

Empujo la puerta batiente y paso al interior de la posada buscando un lugar en el que pasar la noche. La lluvia paró hace un momento, pero necesito un lugar caliente en el que secarme, y éste es el mejor sitio que he encontrado desde hace dos días.

El lugar no tiene siquiera chimenea, pero dentro hay varias varias personas, y el ambiente está caldeado. Veo que un tipo, que parece un sacerdote de Sigmar, tira una jarra de cerveza sobre la mesa, aunque no me queda muy claro si es por culpa del tipo que ha empujado a su compañero de mesa o si lo ha hecho queriendo.

Entro en el lugar sin que nadie me preste demasiada atención, a pesar de mi llamativo uniforme de sargento de los Lansquenetes de Reikland. Llevo mi espada corta en el cinto, con la mano apoyada en el pomo, como suelo hacer cuando entro a lugares en los que peligra mi bolsa de brillantes Karls. La gente suele pensar que soy un noble pomposo debido a mi uniforme y a que parezco poco maltratado debido a mi juventud, pero la verdad es que no he tenido una vida de facilidades, pues entré muy pronto en la academia militar de Reikland, y poco después ya estaba luchando en la Tormenta del Caos junto a los espadachines del Emperador, aunque hoy día como ya he dicho, fui ascendido aoficial de los Lansquenetes de Reikland.

Veo que también hay un enano, que porta equipo de aventurero y fuma en pipa, y que llama mi atención de forma poderosa, seguro que es un buen compañero de aventuras lleno de historias, así que me siento a su lado y lo saludo de la forma más amistosa que puedo mientras pido una cerveza.

Habrá que ver lo que me depara la noche...
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William Tender
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Mensaje por William Tender »

Al sentir acercarse a alguien, la primera reacción del enano es proteger su cerveza rodeándola con los brazos, en un gesto de furtiva paranoia. Al ver aproximarse al oficial, su gesto se relaja. El recién llegado tiene un cierto aspecto de rata mojada, vestida por el mejor sastre de los Jaeger de Altdorf, pero nua rata mojada al fin y al cabo, como él mismo hacía apenas un rato. Después de un breve silencio incómodo, la voz ronca y profunda del enano irrumpe:
-Entonces vuelves... ¿no?
-¿Perdón?
-Sí, decididamente vuelves. Ya sabes, todos los que estamos aquí, nos dirigimos al norte, a la guerra, o volvemos de ella. Puedo verlo en tus ojos. Has visto morir a los hombres en el fango. Ese tipo de cosas le cambian el carácter a uno, te templan como el buen acero, o te quiebran como el hierro. Demonios, sí que lo hacen...

El enano frunció el ceño masajeándose las cejas con los dedos, como si pensara profundamente en algún asunto espinoso y doloroso. Luego echó un largo trago a su jarra, suspiró, y volvió a girar la cabeza hacia el hombre.
-No fueron las ropas bonitas las que te salvaron allí, ¿no?. No, sólo la gente que tiene madera de superviviente vuelve de una pieza, además, hay cosas mucho más útiles en combate... como... Esto!
De repente, el enano posa su mano en el elegante mandoble que cuelga de la espalda del Lansquenette, definitivamente, un espadón propio de los regimientos de lansquenettes de Reikland, como los grandes espaderos de Carroburgo.
El enano palpó y observó el arma con ojo crítico, sin hacer mucho caso a la mirada de incomodidad que el soldado le dirigió. Acero enano, sin duda. El enano inspiró con una sonrisa nostálgica. El clan minero de los Bokman, al que pertenecía, había explotado una veta de acero hacía unos pocos años en Karak-Azul, que posteriormente había sido empleado para la fabricación de espadas de alta calidad para algunos regimientos de élite en Altdorf, y por toda Reikland. Tienes un arma bastante buena. ¿Cómo dices que te llamas, forastero?
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Leon XIII
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Mensaje por Leon XIII »

No me ha gustado eso, pero me arriesgaba a algo así al hablar a un enano. Su repentino análisis había sido más que acertado, había dado de lleno en la diana, y ha despertado una quemadura que ya había enterrado. Al principio casi he pensado en irme sin contestar, pero mi buena educación Reiklandesa me ha obligado a dirigirle la palabra. Sentía que le debía una explicación.

-Pues sí, maese enano, vengo desde el frente de Hochland, aunque me temo que ya estoy volviendo a mi patria, pues mi regimiento ha sido disuelto por la falta de efectivos... muchos buenos chicos asesinados por culpa de esas bestias antes de que la "gloriosa caballería" viniera a "ayudarnos", aunque yo diría que sólo venían por los méritos que nosotros estuvimos consigiendo toda la tarde- pedí con un gesto sucinto una cerveza- Ya sabes cómo son estas cosas, supongo.

El posadero me trae mi cerveza, o al menos eso dice él, aunque no es lo peor que me he metido entre pecho y espalda últimamente. El enano no ha dicho una palabra en toda mi explicación, si no que haciendo gala de su tranquilidad natural cultivada entre la serena piedra, se ha limitado a esperar a que bebiera un corto trago de cerveza para preguntarme por el mandoble.

-¿Dónde has conseguido este arma, amigo? Es de buena manufactura, hecha con acero enano.
-Pues vuelves a acertar, Herr Enano, este arma... La compré antes de entrar al servicio con los lansquenetes. No tenía un arma, y para entrar al servicio necesitaba una, y después de todo el viaje que había hecho no me iba a volver sin haber hecho la prueba siquiera. Así que tuve la suerte de que un comerciante pasaba por aquel pueblo con un cargamento de montantes hacia Carroburgo, y pude comprarle uno de ellos, aunque tuve que renunciar a 200 Karls y a mi caballo para poder llevármelo. Aunque no puedo quejarme, me ha salvado la vida en múltiples ocasiones- torcí el gesto en una sonrisa como hacía tiempo no hacía ninguna- ella y mi habilidad claro. Tomé otro corto sorbo de cerveza. -No me había dado cuenta, Herr Enano, pero aún no me he presentado. Eckhardt Kriegfahlein, compañero enano. ¿Y vos cómo os llamáis?

Parece que la cosa promete, al menos tengo conversación durante un par horas, y seguramente un compañero de viaje.
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Kurt Valdric
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Mensaje por Kurt Valdric »

La taberna parece en calma, mientras la puerta se abre lentamente y haciendo un chirrido que molesta particularmente a los mas ebrios del lugar. Entonces entra una brisa de aire que hiela el ambiente y humedece el aire. En la puerta se dibuja una silueta de 1'80 un hombre, fuerte, al menos eso parece pues lleva una capa de viaje que le cubre todo el cuerpo incluyendo los brazos a modo de poncho. Afuera la lluvia ha comenzado de nuevo y esta vez con mas fuerza. El extraño parece un tanto contrariado, pero comienza a andar en direccion a la barra. Sus manos quedan por debajo de la capa de modo que nadie puede ver lo que hace con ellas.

Maldita sea mi suerte -pienso-. El campesino dijo que esta taberna era tranquila y apartada y esto parece un templo en dia de culto. -Me muevo hacia la barra lentamente observando a la gente. Veo a un oficial Lansquenete hablando con un enano, el chico parece joven pero apesta a veterano y el enano parece estar enfrascado en una conversacion con el. A otro lado un hombre misterioso con capa bebe silenciosamente e intenta pasar desapercibido- menos mal, -pienso- parece que tambien hay gente dispuesta a pasar inadvertida, por un momento temi que esta fuera una de esas tabernas ruidosas.
Llego a la barra y pido algo de comer y beber, dejo unas monedas y me voy a una mesa apartada en un rincon. Entonces veo a un sacerdote de sigmar bebiendo junto a un hombre, cerca hay otro de facciones parecidas a un cuervo, mala espina -me dice mi sexto sentido-.
Al ver al ssigmarita me rio para mis adentros y pienso en Meiler, ese maldito calvo estupido siempre a sido un incosciente, pero es mi amigo a pesar de todo, entonces sonrio para mi.

Me dispongo a comer y me quito la capucha. Mi barba esta razonablemente cuidada y recortada. Aparento unos treinta y tantos y tengo unos penetrantes ojos grises. No obstante lo que llama la atencion es un perfecto y elaborado tatuaje de un cuervo de Morr en la zona izquierda de mi cuello. Es entonces cuando saco mis brazos de debajo de la capa para comer, mientras mis brazos salen raudos se adivinan unos brillos metalicos en el interior y una espada en su vaina.

Espero que lo que quede de dia sea tranquilo -pienso- no me gustaria tener problemas, de todos modos -miro al sigmarita y al enano- parecen gente decente...
Los muertos muertos y los vivos sin tentaculos!
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Angelous_keliana
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Mensaje por Angelous_keliana »

la puerta de la posada vuelve a chirriar, aparece una figura de 1.85m aproximadamente, no se le ve el rostro, pues la tormenta que empieza a amainar le ha pillado de lleno en la noche, se adentra en la taberna y dentro de la misma se quita al capucha lentamente, aparece a la luz del candelabro situado en una pared el rostro de un Elfo, rubio, con una cicatriz que le baja de la frente a la mejilla, se ve que pudo salvar el ojo, tiene algo raro, los ojos son de un negro azabache, y no se podría distinguir si es un elfo silvano o un alto elfo, sus rasgos se parecen mas a los de un joven humano si no fuese por sus orejas puntiagudas, de su cinturon cuelgan una cimitarra a cada lado. Lo primero que hace al quitarse capucha es sacarse la gabardina negra que lleva y agitar la espesa melena rubia que le llega hasta el final de la espalda, se acerca a la barra y observa, ve a un enano hablando con otro hombre, mira al otro lado y observa a los parroquianos....

- Valla al final voy a tener una noche tranquia - Dice para sí mismo -. Posadero, pongame de beber y deme algo que hechar a la boca!!!!

se sienta y espera a que le sirvan.
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drakksson
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Mensaje por drakksson »

Se abre la puerta de nuevo y seguramente no seria la última esa noche... La lluvia ha vuelto con más fuerza y parece que será así hasta el manecer... En la puerta, aparece una sombra-debido al brillo de un rayo-y casi todos los parroquianos de la taberna se dan la vuelta para ver de quien se trata...La sombra esta envuelta en una larga capa azul con capucha, con unos rebordes de color dorado y a su espalda se pueden ver los simbolos de una fortaleza y un dragon.

El enano se quita la capa, que más o menos, le habia ayudado a pasar el temporal que seguramente ha tenido que sufrir desde su fortaleza hasta esta tranquila posada... Junto a ella, deja su escudo redondo con un fondo azul y rebordes dorados, y con la misma heraldica que la capa...

Es corpulento, algo achaparrado como es su especie, y de constitución fuerte. Sus grandes musculos suben y bajan debido al esfuerzo y por el frio de la noche, aunque esta acostumbrado a estas calamidades... Unos tatuajes tribales, de dragones le recorren sus brazos y mitad de su cara, recubierta de cicatrices. Su espesa barba de color castaño oscuro contrastan con su armadura brillante, aunque algo manchada de barro, de placas y su cinturon de color dorado. Lleva encima de ésta un tabardo de color azul con rebordes dorados y el mismo simbolo del castillo y el dragon en medio del pecho... Su hacha de mano, muestra simbolos runicos, muy característicos...se nota su buena manufactura.

Se acerca a la barra, se sienta en un taburete y con su voz penetrante, como si se chasqueran dos piedras en la oscuridad, pide un par de cervezas de la mejor calidad que tengan y que sus jarras estén siempre llenas...a su vez, pide tambien algo de comida y deja una moneda de oro encima de ésta.

El posadero le trae las dos cervezas, un plato con estofado y se vuelve hacia la cocina con alegria en su mirada, pues habia ya dos enanos en la taberna (con lo monetario que eso se refiere) y ésta se estaba llenando por momentos...
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igest
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Mensaje por igest »

La puerta empieza a necesitar un poco de grasa pensaría el tabernero, tras la llegada del ultimo enano el chirrido que esta profirió al cerrarse le sono peor que de costumbre. Hum, peculiar enano esa capa azul denota cierta posición o así lo penso el tabernero. En el fondo de la sala, el devoto de Sigmar como siempre encapuchado y lejos de miradas indiscretas, observo al enano llegar a la barra y pedir su bebida, aunque no escucho en ningún momento su nombre... un rapido vistazo y de nuevo la mirada se iría a los enanos que ya estaban dentro de la posada para observar su reacción.
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drakksson
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Mensaje por drakksson »

El estofado no estaba malo y la bebida por lo menos no muy aguada...Por Grugni!!! ya habia tenido suficiente agua con toda la que habia soportado de camino hacia aqui...

Una mirada al resto de la posada y distinguio a sus ocupantes mejor...

Vio un sacerdote guerrero, deboto de Sigmar, ese Dios-Humano que lucho junto a uno de los Grandes Reyes de la Antigua Raza contra los odiados grobis y urkis, malditos sean mil veces... Su mesa estaba llena de líquido, y espero por Grimnir, que no sea cerveza lo que se escurre...

También vio unos cuantos humanos más, en especial, un joven barbilampiño que portaba un espada muy bonita, sin duda, obra de enanos...

Y junto a éste, un "hermano" suyo, bastante más mayor que él y con señas de que trabaja en las minas, seguramente, las más cercanas a esta posicion... Seguramente, podré charlar con él un rato durante esta noche antes de irme a descansar.- Penso antes de comprobar como tambien, en esa posada, y estando casi fuera de lugar y por supuesto, muy lejos de sus "arbolitos" y sus "animalitos", se encontraba un elfo bebiendo un poco de vino; y por las caras que pone, no debe ser de su "fino" agrado...Ha, eso está bien.- Volvio a pensar...

Mientras siguió comiendo el estofado y pidió otro par de jarras de cerveza, pues las primeras ya se habian terminado... Tenia una misión bastante importante que realizar, pero ese alto en el camino fue obligatorio...[/b]
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Experiencia-caotica
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Mensaje por Experiencia-caotica »

Las paredes de estos pasadizos eran cada vez mas pequeñas, o eso era lo que pensaba el magister cuando entro por el pasadizo secreto de la posada. Hace mucho tiempo solia pasar las noches en lugares como estos, bebiendo cerveza e intentando llevarse a alguna muchacha a su habitacion, pero aquellos tiempos habian pasado. Su cara, antaño bella, era ahora una macabra representacion de lo que fue. Los gusanos se deslizaban por sus mejillas, hinchados de pus y sangre mientras tropezaban con polipos virulentos.

El poder siempre costaba algun sacrificio y su señor se habia portado generosamente con el. Una vez cerrose la trampilla, oyo pasos en el piso de arriba, parece que hoy habia bastante gente en la posada del viejo. Desde hace un par de semanas que se habia adueñado del sotano atemorizando al pobre tabernero y es aqui donde el brujo ha empezado a montar su pequeño laboratorio para destilar piedra de disformidad. El suelo esta lleno de pentagramas de proteccion y velas negras que impregnan la habitacion con un olor bastante desagradable.

Dentro de poco habra terminado su nuevo invento y podra comprobarlo en los pozos cercanos de los pueblos, y asi, admirar los poderes de su señor, el amo de las moscas.

Ya casi esta...
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