Según se abre la puerta, el ambiente está cargado y lleno de gente, que atiborra la barra. Seguro que costará llegar hasta ella, pero una vez allí, una buena invitación y una historia convincente, servirán para darse a conocer.
Bienvenido montilla, cuida tu bolsa en este lugar y más aún en los oscuros callejones que lo rodean. De paso si invitas a una buena ronda, el vino especiado hace mucho que no sale de su barrica, contentarás a más de un parroquiano y seguro que te es más fácil encontrar lo que buscas
¿Quién da esos golpes en mi sarcófago? Ah, un nuevo parroquiano...
Bienvenido, ponte cómodo, disfruta de una jugosa libación y deja dormir a esta vieja momia un par de siglos más.
Última edición por Neljaran el 13 Sep 2013, 17:44, editado 1 vez en total.
Hablas como si fueras mi igual, chupasangres. No somos iguales. Yo soy una reina, y tú sólo eres una marioneta, la sombra de unas manos familiares contra la pared. Ven, marioneta. Muéstrame cómo bailas.