Aquí tenéis la traducción de esta entrada publicada (en ingles) por Cubicle7 hace algún tiempo donde se presenta parte del trasfondo en el que se ambienta el juego del universo Warhammer 40.000 Wrath and Glory (Ira y Gloria).
Arriba, Miriya Caecus, Astrópata Imperial del sistema Gilead, pierde su visión por segunda vez. La Gran Fisura, una colosal tormenta de disformidad ha partido la galaxia. La tormenta oscurece la Luz del Emperador, mientras que los demonios caminan libremente desde la disformidad a la realidad, y Cadia cae.*
Después que Miriya fuese llevada por las Naves Negras, resistió las décadas de tortuoso entrenamiento necesarias para servir al Imperio como Psíquico sancionado. Sobrevivió al ritual de la Comunión de Almas, perdiendo su visión a cambio una minúscula fracción del titánico poder psíquico del Emperador. Ahora como astropata, este poder la protege de las maquinaciones de los dioses del Caos.
Al regresar a su mundo natal, Gilead Prime, Miriya estaba conectada a la red Astrotelepática de psíquicos del millón de mundos del Imperio.
A través del vacío, hablo con otros de los de su clase así como a través de la disformidad, proyectando simbólicamente mensajes encriptados a años luz de distancia. Recibió otras comunicaciones semejantes, descifrando las extrañas imágenes que le mostraba la disformidad, y la verdad Imperial de las mentiras infecciosas de los Poderes Ruinosos. Durante milenios esas transmisiones Astropáticas mantuvieron a flote la inconmensurable burocracia necesaria para hacer funcionar el leviatán militar que es el Imperio.
A medida que el cuadragésimo primer milenio llegaba a su fin, Miriya comenzó a recibir mensajes confusos y de pánico. Estos mensajes procedentes de toda la galaxia incluían terroríficos portentos de espantosas derrotas, resurrecciones imposibles, estructuras que se derrumban y extrañas alianzas, la destrucción de la realidad y un aterrador despertar.
Los dioses del Caos habían desgarrado la realidad. La Cicatrix Maledictum, la monstruosa grieta de disformidad dividió el Imperio en dos, un portal al Immaterium a través del cual los demonios pueden irrumpir libremente en el espacio real. En un instante, Miriya perdió la visión por segunda vez. La colosal tormenta de disformidad rodeo el sistema Gilead, bloqueando su vínculo astro-telepático con los demás psíquicos.
Por todo el sistema Gilead, los navegantes eran incapaces de trazar rutas. El propio Astronomicon del Emperador – la luz psíquica – se había visto eclipsada por la Gran Fisura.
Apartado del resto del Imperio e incapaces de viajar a través de la disformidad, el sistema Gilead estaba colapsando. No sabían nada sobre cómo les iba al resto de la humanidad a partir del surgimiento de la Cicatriz Maledictum. No llegaron refuerzos para luchar contra los demonios que emergieron del desgarramiento en el cielo sobre sus mundos. Muchos sospechaban que la ayuda nunca llegaría; otros creían que el resto del Imperio podría haber sido destruido.
La Disformidad vomitó muchos horrores sobre el Sistema Gilead, pero también una bendición inesperada: el Comerciante Independiente Jakel Varonius. Varonius y su flota de Cruceros Imperiales hicieron lo imposible y lograron atravesar la gargantuesca tormenta de disformidad. Llegando con refuerzos militares — incluyendo un pequeño cuerpo de renovados Primaris Astartes— Varonius se nombró a sí mismo guardian del sistema. Anunció la existencia de un Primarca resucitado, de un Imperio de fuerza redoblada, y — lo más sorprendente de todo — una débil pero floreciente alianza con los Aeldari.
Muchos muestran desprecio a este nuevo ‘salvador’. Aunque los registros muestran que su licencia de comerciante es legítima — sus reclamaciones son completamente ridículas, y su trayecto a través de la disformidad es imposible de replicar. Incluso con este nuevo apoyo militar, cada día aparecían nuevas amenazas, y el único mundo agrícola del sistema debe proporcionar de alguna forma comida para ocho planetas así como para estos recién llegados.
Miriya puede sentir la presencia de más y más psíquicos despertando en el sistema Gilead. Sabe que las naves negras no vendrán.
Esta era maldita necesita a los héroes más que nunca antes.
*Por supuesto, la Guardia Cadiana no se vino abajo.