Warhammer 40.000: Sanctus Reach

 

«Su palabra era el rugido del trueno. Su mirada era la del águila. Su poder era la Fuerza del Kraken. Su astucia era la del Lobo. Su Temperamento provocaba la muerte de hombres»

– De la Saga del Sacerdote Lobo Voltar el Sangriento –

He de confesar que afrontaba la reseña de este Sanctus Reach de Pc sin grandes expectativas: Lo mío siempre fue Warhammer Fantasy y bien lo saben nuestros foreros que el universo de 40K nunca ha sido santo de mi devoción. Tampoco había oído hablar mucho del juego anteriormente, aunque sí de la campaña en tres libros que sacó Games Workshop en 2014, y su continuación en forma de la caja de Stormclaw, que en su momento estuve a punto de comprar, por ser los dos ejércitos que más me gustan del distante Milenio Siniestro y porque las Lataz Azezinaz siempre me hicieron mucho tilín.

Tanto en la caja original como en el videojuego, el Klan de los Goff y Grukk Pelajetaz están presentes. Los Goff siempre visten de negro y consideran a los otros klanes que visten colores brillantes como «Eldarz Verdez»

 

Y sin embargo me he llevado una grata sorpresa. A diferencia de la saga Dawn of War, Sanctus Reach apuesta por un planteamiento táctico de estrategia por turnos que resulta ser un fiel facsímil del juego de mesa,  que sintetiza la emoción propia del juego de tablero, tanto en sus virtudes como en algunos de sus defectos, siguiendo la estela de clásicos como Chaos Gate, de 1999, del que aún guardo muy grato recuerdo.

Aun así, tengo ciertas reservas sobre él, en el sentido de que no estoy muy seguro de que un jugador ocasional pueda encontrar divertidos ciertos conceptos, como el hecho de que a pesar de que plantees muy bien un ataque, puedas acabar derrotado por pura mala suerte con las estadísticas. No obstante, lo que para los jugadores casuales pueda resultar una contrariedad, estoy seguro que los habituales de 40K encontrarán como un incentivo adicional, pues aun siendo un juego puramente de nicho y con limitaciones, da justamente lo que se espera de la franquicia de un modo honesto.

 

La presentación de los escenarios con sus zonas de despligue recuerdan muchísimo a una mesa de juego.

 

En sanctus Reach tenemos tres ejércitos disponibles del bando de los Lobos Espaciales, y otros dos por parte de los Orkos. A su vez, como si en los libros de ejército se tratase, cada uno de los contendientes dispone de la friolera de casi 30 unidades diferentes a elegir por puntos cuando comenzamos una misión.  El juego incluye dos campañas, Stormclaw y Hour of the Wolf, ambas de Lobos Espaciales, y aunque las misiones no son iguales a ninguna de las incluidas en la caja homónima de miniaturas, la sensación de emular las batallas del cuadragésimo primer milenio está muy conseguida, si bien es verdad que sus opciones no son tan profundas como en el juego de miniaturas. Por cierto, también cabe la posibilidad de jugar con los Orkos, pero tan sólo escaramuzas, en el modo multijugador, o en las misiones que plantees con el editor que incluye el juego.

El argumento no tiene mucho misterio, pues ambas fuerzas, Orkos y Lobos, se enfrentan por el control de Alaric Prime, en los límites del Segmentum Ultima.  Un mundo cubierto en su mayor parte por mares sulfurosos y azotado por viscosas mareas químicas, más espesas que el agua del mar. Dispersas por estos ardientes océanos se encuentran algunas pequeñas islas en las que nos batiremos el cobre sobre un mapa de hexágonos que me recuerda remotamente al Planetary Empires, aunque ya nos hubiese gustado que el mapa incluyese algún minijuego del palo de ese reglamento.

 

Las tropas han sido diseñadas para ser un fiel reflejo de las miniaturas que todos conocemos.

 

El conjunto de reglas de Sanctus Reach tiene poco o nada que ver con otros juegos de estrategia en los que creamos unidades mediante el uso de recursos. Se trata de un juego sobre posicionamiento, dominio de fortalezas y debilidades; es el clásico piedra, papel o tijeras, dónde tienes que asegurarte de atacar con la unidad correcta al enemigo adecuado.

Aquí, nuestras tropas pueden disparar dos veces y moverse, (aunque pierden puntos de movimiento al disparar), por lo que no podrán avanzar tanto como desearíamos sobre la cuadrícula (no hay estimación para las cargas). También puedes establecer un arco de reacción a la mayoría de las unidades con un arma a distancia, algo que resulta muy útil para ir arañando daño adicional a los enemigos que se desplacen sobre nuestras zonas vigiladas, pues reciben un chaparrón de disparos aún en su propio turno, como cuando en el Space Hulk dejábamos a los marines en fuego de alerta.

Otra cosa interesante es que las unidades pueden ganar puntos de experiencia a través de la campaña para subir de nivel y desbloquear nuevas habilidades con las que afrontar la amenaza del ¡Waaagh! Desafortunadamente, sus muertes también nos penalizarán y en el modo Hombre de Hierro, las unidades muertas no volverán a estar disponibles una vez hayan sido masacradas.

 

Muerte y destrucción entre las ruinas de la ciudad, ¿qué más se puede pedir?

 

Respecto al motor gráfico, el equipo de desarrollo, Straylight, de Slitherine, ha utilizado para la ocasión una variante muy mejorada del Archon, utilizado anteriormente para Battle Academy y Pike and Shot, lo cual a dotado al juego de una factura correcta, pero sin grandes alardes técnicos en una ópera prima que esperemos que sea mejorada en sucesivos descargables y lanzamientos.

En definitiva, Sanctus Reach es un buen juego al que quizás le ha faltado un poco más de ambición, tanto en lo que se refiere en el esfuerzo narrativo de plantear unas campañas un poco más complejas, como en lo que se refiere a la ausencia de otras facciones emblemáticas del trasfondo. Eso, en esta época donde Games Workshop parece sorprendernos practicamente mes a mes con nuevos lanzamientos, todos ellos muy buenos como Shadow War: Armaggedon, Deathwatch: Overkill y su esperadísimo culto Genestealer, o la inminente llegada de la octava edición del juego, es un pecado que puede pasar factura en el sentido de que es un lanzamiento muy interesante, que corre el riesgo de verse sepultado entre muchos buenos productos por puras coincidencias en el calendario.

 

Lo mejor:

  • Su variedad de unidades, los héroes y el diseño de las tropas es fiel al juego de mesa.
  • La libertad de acción traducida en una gran variedad de estrategias.
  • El editor de contenidos dispara las posibilidades del juego.

Lo peor:

  • El rico trasfondo de warhammer queda en segundo plano en todo momento.
  • Podría haber dado mucho más de sí, tanto en el planteamiento de misiones como en la variedad de facciones.
  • La interface del jugador no es demasiado intuitiva ni excesivamente cómoda.

Sanctus Reach está disponible a través de Steam a un precio de 27,99€.

 

 

1 comentario en «Warhammer 40.000: Sanctus Reach»

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