Hoy, tenemos una nueva e intrigante entrega del desarrollador de Warhammer Fantasy el juego de rol, Dave Allen. Si te perdiste la anterior entrada sobre Gente y Folclore puedes encontrar la sexta parte enlazada aquí. Y el artículo original en ingles aquí.
Gente y folclore del Reikland: La dinastía Holzkrug
‘Buena gente del Reikland, prestarme atención! Se están fraguando problemas. Tanto si vuestra simpatía descansa en Gruber, Holzkrug, Holswig-Schliestein, o cualquier casa noble, es el momento de recoger y tener paciencia’.
— Opinión popular entre los buenos ciudadanos de Weissbruck
Recuerda que cuando se trata de la nobleza, no todo son sutilezas y discusiones, también hay algo de actitud seria, grandilocuencia y una pizca de puñaladas por la espalda. El creciente malestar continúa en las calles y tras las puertas pulidas, con susurros en los corredores y comentarios sarcásticos en las mesas de banquetes, la tensión es palpable. Tanto si financiaste un canal o tu antepasado era un Graf, el pasado es el pasado y te sigue los talones para recordarte los fracasos de tus antepasados. Con dinastía o sin dinastía, la sangre es más turbia que el agua. Esta es una campaña que no querrás dejar a un lado, así que coge tu capa gris y toma asiento.
La dinastía Holzkrug es uno de los linajes nobles más célebres del Reikland. Han tenido propiedades en la provincia desde el reinado de Dieter III, siendoles concedida la tenencia hereditaria de su principal dominio en el 1650 CI. Hay informes de que la familia habría realizado importantes favores a Dieter reprimiendo los disturbios que siguieron a la imposición del ‘Impuesto por orejas perdidas’. Puesto que el objetivo de este impuesto eran los miembros de la alta sociedad de Altdorf, los Holzkrug debieron estar dispuestos a enfrentarse a la ira de personas muy poderosas al apoyar al Emperador. Cualesquiera que fueran los riesgos que asumieron, dieron sus frutos, y un amplio dominio alrededor de la ciudad de Weissbruck y el título hereditario de Graf fue su merecida recompensa.
A medida que pasaban los siglos, los agravios que les pudieran ocasionar a sus iguales se habrían olvidado, aunque estallaron guerras esporádicas entre los Holzkrugs y sus vecinos de la Baronía de Holswig. Los cabezas de familia incluso recibirían el título de Emperador en el 2185 CI, aunque esto se produjo en un periodo sin gobierno que siguió a la elección de la Gran Condesa Magritta, el periodo desastroso conocido como el “Año de los siete emperadores”, y un periodo de pérdida de confianza en el sistema de electores. Mientras Halzkrug llevaba la Corona Imperial, sólo los nobles de Reikland, Wissenland, Stirland y Averlan le prestaron mucha atención, para el resto del destrozado Imperio solo era un Emperador de nombre.
Su linaje proporcionó un gobernante destacado. Eberhardt el Justo (2232 IC – 2260 CI). Eberhardst, un sacerdote postulante de Shallya, recibió el liderazgo de la casa Holzkrug cuando su padre murió repentinamente y el comportamiento de su hermano mayor se volvió inquietantemente errático. Como Emperador, Eberhardt, dedicó buena parte del tiempo y dinero en mejorar la salud pública en los pueblos y ciudades del Reikland. Patrocinó a grandes artistas como Jacopo Tarradasch. Fundó el Gran Hospicio en el 2243 CI mediante una gran concesión de tierras y dinero, dedicando una pequeña finca familiar cerca de Frederheim al culto de Shallya.
Era un emperador muy querido, pero su generosidad y compasión podría haber contribuido al declive de su casa. Delego grandes extensiones de tierra y dio generosos estipendios a causas dignas, pero las arcas de los Holzkrug se vaciaron e incluso el tesoro de Altdorf quedó agotada durante este periodo. Cuando murió en el año 2260 CI, sus herederos renegaron al trono, prefiriendo concentrarse en consolidar las posesiones restantes de la familia y la corona pasó a la emperatriz Annette von Telland.
Los siglos pasaron, y la fortuna de la dinastía Holzkrug comenzó a crecer, impulsada por la finalización del canal de Weissbruck en el 2462 CI. La casa Gruber de Weissbruck controla el canal en representación de las tres casas nobles que poseen partes por igual: los Gruber, los Holzkrug, y los Holswig-Schliestein. El emperador Mattheus II de la casa Holswig-Schliestein había apoyado a los Holzkrugs con la esperanza de que eso remediaría la antigua rivalidad entre sus familias. Los Holzkrugs parecían mostrarse generosos a cambio, aunque los lugareños saben que la familia Gruber son poco más que vasallos de los Holzkrug.
Graf Liepmund es actualmente el cabeza de familia de los Holzkrug. Es un habilidoso cazador, un poderoso político y líder de la Cámara Negra, la red de espías de Altdorf. Se sienta en el Consejo de Reikland en su papel como Alto Embajador, y posee la confianza de grandes personajes como el Gran Teogonista y el Emperador para manejar las situaciones diplomáticas complicadas.
En términos de su impacto e influencia, a menudo se le compara con el Guardián Gris Immanuel-Ferrand Holswig-Schliestein, el tio del Emperador Karl Franz quien dirige una sección de la Cámara Negra llamada el Graukappen (siendo, por tanto, un subordinado de Liepmund) y se sienta en el Consejo de Estado en su cargo como Alto Cancillero del Reino (por tanto, un superior de Liepmund).
Últimamente se ha incrementado la discordia entre los dos hombres. Liepmund condena la reciente toma de Ubersreik como un acto imprudente por parte de Karl Franz, sabiendo que Immanuel-Ferrand alentó, e incluso tal vez propuso, que se tomase esa acción.
Las ambiciones competitivas de estos dos hombres están a punto de chocar con resultados desastrosos. Más detalles sobre sus conflictos, intrigas e impacto, se pueden encontrar en El Imperio en Ruinas, la quinta y dramática aventura final de la campaña El enemigo interior, versión del director de Cubicle 7. Así que estate atento y pega tu oído al suelo, ¡si no es demasiado agotador!
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